Pero para el presidente esto no es casualidad. Esta baja en avances se dio recién durante su gestión y desde que Jalil Rachid lidera la Senad, por lo que consideran que el acuerdo de cooperación debe tener muchos cambios. En ese sentido, dejó en claro que la mala relación con el embajador de Estados Unidos, Marc Ostfield, fue determinante para que finalmente el acuerdo con la DEA quede turbio.
“No podemos negar que la mala relación con el embajador que me llevó a mí a pedir que se acelere el proceso de cambio, también creo que fue un efecto que empañó esto”, manifestó el presidente.
Peña considera que con el nuevo Gobierno en Estados Unidos se vienen cambios profundos, ya que el mismo Trump cuestiona a los organismos de seguridad en su país, y tanto Marco Rubio como Christopher Landau opinaron que Joe Biden delegó mucho trabajo en los embajadores. “No tengo duda de que se refiere taxativamente a Paraguay”, subrayó el mandatario.
Para Peña la gestión política de Ostfield en contra de su Gobierno fue determinante y eso fue lo que le obligó a pedir el cambio de embajador, luego de las sanciones contra Tabesa, pero explicó que no puede solo llamar a Washington y obligar a que se cumpla su solicitud, a diferencia del caso del funcionario del Gobierno chino que visitó Paraguay para pedir el desconocimiento hacia Taiwán como República y lo echaron del país.
El hecho de no tener relaciones con China es la clave, según el presidente, aunque aclaró que no es porque el Paraguay no quiera. “Sino porque no permiten que se tenga relación con ellos si se reconoce a Taiwán, pero esa es una decisión soberana nuestra. Tenemos comercio fluido con China, pero no vamos a su país a pedir que reconozcan a Taiwán. Entonces, cuando viene un Gobierno extranjero a cuestionar las decisiones que tomamos o tratar de influir negativamente en nuestras decisiones, nosotros tomamos como una agresión”, sentenció el presidente.
Peña aclaró que al funcionario chino le pudieron retirar la visa, pero si se tomaba una medida contra el embajador americano como una declaración de persona no grata, podría ser ofensiva contra Estados Unidos, con el que sí se tiene relaciones diplomáticas. “Yo fui muy cuidadoso en decir ‘esta persona está dañando la relación bilateral entre dos países y quiero pedirles gentilmente que aceleren el proceso de cambio’”, apuntó.
Sin embargo, desde ese día, el presidente decidió nunca más reunirse con Ostfield. Aclaró que la relación con EEUU continuaba, pero ya no a través del embajador.
“Y la ventaja es que yo no necesito del embajador americano para hablar con Washington, tengo una excelente relación. No es que lo desconozco, lo evito, porque creo que le ha hecho un daño tremendo a la relación bilateral entre dos países hermanos”, acusó.
La reflexión del presidente apunta a que en la región existe un rechazo hacia las políticas americanas, a excepción del Paraguay; sin embargo, “por acción de una persona”, esa mala impresión también se extiende al país. Aclaró que si bien el embajador no tiene total autonomía, sí tuvo discrecionalidad de su Gobierno.
“Eso es lo que no voy a permitir, porque yo soy pasajero, pero si yo entablo una guerra con un país amigo, eso deja consecuencias. Esto va a cambiar después del 20 de enero. Paraguay en muchos espacios del Gobierno americano se volvió un símbolo de cómo un país hermano fue maltratado. Esto no pasa desapercibido”, manifestó el presidente.
Peña en tanto insistió en que no está dispuesto a “delegar en nadie la seguridad y menos en otro país”. Rechazó las acusaciones de que se intente hacer a un lado a la DEA y dejar libre al narcotráfico.
“Nos dicen que queremos promover el narcotráfico y dejar el campo libre, eso es ridículo, con la determinación que estamos trabajando y los resultados que está dando la Senad”, lanzó.
Finalmente, Peña aseguró que desde el primer día supo de todas las negociaciones, desde antes de la primera carta de Rachid. “Yo me involucro en estos temas, no es que no sabía nada, no, yo estuve en pleno conocimiento de todo”, reafirmó.