Durante el acto de reconocimiento a la tripulación del avión uruguayo que ayudó a combatir los incendios forestales en el Chaco, el mandatario fue consultado ayer sobre cómo toma las repercusiones del anuncio. Peña puso paños fríos al tema, asegurando que esta es una discusión que incluso podría durar años.
“Obviamente este es un tema tremendamente sensible y por algo no lo querían enfrentar antes. Nosotros no tenemos un proyecto de ley, no tenemos las modificaciones. Queremos visibilizar una realidad que hoy precariza el empleo de miles de paraguayos. No queremos flexibilizar, no estamos buscando precarizar. Queremos asegurar el acceso al trabajo y quienes lo tienen que no lo pierdan”, respondió al respecto.
Con una postura menos avasallante y más cauta, el titular del Ejecutivo reconoció que la reforma requiere de un amplio diálogo.
“Esto no lo vamos a poder resolver solos los del Gobierno. Necesitamos que los sindicatos nos digan cuáles son las mayores debilidades, sentarnos con los abogados laboralistas, jueces del ámbito laboral y la gente del sector privado que es la que genera el empleo. Nosotros queremos enfrentar los problemas y no evitarlos. Esto abre un camino muy largo que requiere de mucho diálogo. Nosotros lo que hacemos es avisarles que queremos que se haga un debate sobre este tema”, dijo.
Sobre los avances de las conversaciones y los plazos para el impulso de la reforma, Peña se mostró cauto y aseguró que le gustaría iniciar el proceso. “Los contactos con los sectores son continuos y eso irá dándole forma. Nos moveremos a la velocidad de todos los actores. Si toman en consideración, el Registro Unificado Nacional se discutió durante 10 años. No quisiera esperar este tiempo, pero me gustaría que inicien las conversaciones y nos pongamos de acuerdo” dijo.
Asimismo, el titular del Ejecutivo enfatizó en la necesidad de reformar la ley laboral vigente, de manera a que esta sea un incentivo para la generación de empleos.
Consenso. Por su parte, la ministra del Trabajo, Mónica Recalde, quien participó de un conversatorio organizado por el Club de Ejecutivos, aseguró que no es fácil tener el coraje político para llevar adelante reformas “ya que existe una percepción de reivindicaciones laborales”.
“Este es un proceso que requiere un consenso. Los consensos muchas veces llevan tiempo. Cuando hablamos de hacer una reforma, una modernización, decimos con el presidente que vamos a tomarnos el tiempo que realmente se merece este tema. Hay muchas otras cuestiones subyacentes que deben ser puestas sobre la mesa para una discusión y ahí el sector privado es clave para debatir y negociar”, dijo.
Recalde mencionó que la estabilidad permanente es una herramienta de expulsión de colaboradores. Aseguró que en la práctica, las empresas pierden a sus colaboradores y esto alienta el desempleo en edades donde es difícil reincorporarse.
“Somos conscientes de la envergadura de tema. No vamos a hablar de reformas si es que solo vamos a cambiar un artículo”, dijo.