En su primera visita como jefe de Estado al papa Francisco, el presidente de la República, Santiago Peña, conversó ayer con el Santo Padre, en la Ciudad del Vaticano sobre “los grandes avances” en materia económica y las deudas “que tenemos en materia social”.
El encuentro a puertas cerradas entre el Papa y Peña duró 25 minutos y tuvo lugar en la residencia papal de Casa Santa Marta. Debido a una gripe, el papa Francisco tuvo una agenda especial ayer, a excepción del encuentro con el mandatario paraguayo, que Peña consideró un gesto “muy significativo” con Paraguay.”
Según sus palabras, coincidieron con el jefe de la Iglesia Católica en que “debemos seguir trabajando en una buena economía, que tenga rostro humano”.
Según el Vaticano, el presidente expuso ante el Papa el programa de su nuevo gobierno para luchar contra la pobreza. El mandatario le reiteró la invitación para volver a Paraguay, donde ya estuvo en 2015, durante el gobierno de Horacio Cartes (ANR).
Hablaron además de la coyuntura a nivel mundial y regional. A propósito de ello, Peña expresó al Santo Padre su interés de constituirse en un mediador entre presidentes “que aparentemente pueden tener pensamientos diferentes” y a favor de una cultura del encuentro.
“Hoy la historia nos pide que nos concentremos en lo que nos une y no en lo que nos divide” y el Papa valoró muchísimo eso, declaró Peña a la agencia de noticias EFE.
Explicó que “América Latina, a lo largo de los últimos 20 años, ha vivido una suerte de ideologización de las relaciones internacionales y cada país tiene su impronta, muchos han tenido movimientos pendulares de un extremo a otro” y eso “ha hecho mucho daño”. Peña asegura tener una mirada diferente, sin encasillar a ningún presidente, propone encontrar los puntos de coincidencia. En la conversación con el Papa, abordaron otros temas de “interés común”, como “la protección ambiental, la situación de los países de la región y el compromiso por la paz entre las naciones”. Tras la audiencia privada, el Santo Padre posteriormente recibió al resto de la delegación integrada por el presidente del Congreso, Silvio Ovelar, y al presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Diesel; el canciller, Rubén Ramírez Lezcano; la primera dama, Leticia Ocampos; sus dos hijos y la nuera.
Peña dijo que Francisco, sin duda, es un líder que constantemente está haciendo un llamado a la paz, a la concordia; y Paraguay también, tras haber pasado por una guerra fratricida, “tiene una responsabilidad moral de pedir la paz y ser una luz en lucha por la democracia”.
“Visité al Papa en el Vaticano. Su guía espiritual y compromiso con la humanidad nos inspira a construir con toda la sociedad un Paraguay más solidario y sensible a las necesidades de las personas”, escribió Peña en X.
Coincidimos (con el Papa) en que debemos seguir trabajando en una buena economía pero que tenga rostro humano. Santiago Peña, presidente de la República.