20 oct. 2024

“Peña está ante una prueba de fuego: El vetar o no a ley antisociedad civil”

Poder tras el poder. No vamos a mejorar con Santiago Peña, si él no se independiza de Cartes.

El jefe. Horacio Cartes no va a cambiar. No le interesa el Partido Colorado, no le interesa el país.

Sin disidencia. Tras ir contra las oenegés, caerán sobre la prensa. Se fortalece el autoritarismo.

Copamiento. Acaparan plata, ideas, instituciones, discurso. ¡Todo! Por eso van a ir contra la prensa.

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Mario Melanio Medina

Con su habitual estilo desenfadado y directo, el obispo emérito de San Ignacio, Mario Melanio Medina, interrumpe su rutina de la mañana que transcurre entre lectura de periódicos impresos y estar atento a las noticias en la radio, y nos recibe en su modesto despacho en la avenida Zavalas Cué (Fernando de la Mora), para analizar la realidad política del país. Su visión no es muy alentadora respecto al Gobierno que asocia directamente al “patrón”, Horacio Cartes, y a una escalada del autoritarismo. Dice que el país no va a mejorar si el presidente Santiago Peña no se independiza de su mentor y que el mandatario está ante una prueba de fuego con la ley antioenegés, sancionada por el Congreso.
–¿Cómo analiza la situación política tomando como referencia el primer año de Gobierno de Santiago Peña?

–La respuesta es sencilla para mí. Santi prometió muchas cosas y no cumplió. Entonces, defrauda profundamente a la gente. Su partido es Cartes, es el Partido Colorado Cartista (PCC) Sucedió lo previsto, lo que los analistas habían dicho: Que Peña fracasaría porque detrás suyo hay alguien que es quien realmente gobierna, manda. Entonces, hasta ahora, su primer año de gobierno es un fracaso.

–¿No es precipitado sacar una conclusión así cuando apenas ha transcurrido 1 año?

–El primer año marca el derrotero que va a tener un gobierno. Esto no va a mejorar con esta gente. No vamos a mejorar con Peña, si él no se independiza. Este primer año marca lo que puede seguir siendo el Gobierno, porque Cartes no va a cambiar. A él no le interesa el Partido Colorado, ya lo dividió. Antes dividió el Partido Liberal. No le interesa el país, a él le interesa seguir acumulando. Entonces, si yo no amo a la institución o a una persona, no voy a querer que esa persona surja, vaya adelante, sobresalga. Él no ama al país. Además, no está preparado para ser un estadista. Todo lo que hace, va en contra la institucionalidad, porque no busca soluciones para el país, sino para su empresa, para su gente.

Hay tantas personas con méritos, títulos y experiencia, que no pueden triunfar en su propio país. Aquí triunfan los hurreros y quienes son absolutamente venales y se venden.

Por eso me pareció interesante lo que dijo el ex presidente Abdo Benítez al reaparecer recientemente: Que no tratará de recuperar a los que se han ido (por los tránsfugas). Y claro, porque son impresentables, venales, incoherentes, por eso.

Para mí, en este momento no se hace el Gobierno de un país democrático. Ellos hacen su negocio. Muestra de ello es que en el Parlamento ni debaten los problemas importantes, están en el vyrorei, porque no quieren solucionar los serios problemas existentes.

–¿Cuáles por ejemplo?

–Lo primero, una política agraria y una política de Estado que contemple a los indígenas. ¿Cuánto tiempo llevan esperando los campesinos, incluso en campamentos frente al Indert? Y los indígenas, ni qué decir.

–¿Cómo observa el acaparamiento de todas las instituciones por parte del cartismo?

–Eso apunta a dominar todo, como un dictador, el único que manda (por HC) no quiere crítica. ¿Por qué sacaron Kattya González del Senado, si allí tiene mayoría y no le va a hacer mella la crítica? No está capacitado para tener el partido en sus manos. Pero no, no quiere entender que contar con una disidencia ayuda a crecer, y que democracia es diálogo.

–¿El priorizar una ley contra las organizaciones de la sociedad civil puede considerarse evidencia de esa forma de pensar?

–Sí, exactamente. Ya lo dijeron pensadores, analistas, que... Pero la prensa crítica, claro, porque él tiene su prensa. Igual que en el stronismo, la dictadura tenía la prensa que alababa al gobierno, y los medios que no lo hacían eran tachados de comunistas entonces, y eran perseguidos. Ahora no sé qué dirán de los que critican o lo que digan la verdad.

Entonces si este Gobierno sigue adelante con este modo de actuar, llevará al país a la tumba. Estamos en permanente decadencia, que no es solamente porque la democracia se está hiriendo, sino porque el país entero está en peligro de perder su soberanía, ya que hasta ahora no se aclara nada sobre el Anexo C de Itaipú.

A propósito, acompañé al ingeniero Ricardo Canese en la entrega de 50 mil firmas recolectadas a la Justicia Electoral para un proyecto de ley por iniciativa popular que permita la ampliación de la tarifa social y que la energía eléctrica sea un derecho humano.

Después tiene que pasar al Parlamento, sabemos que allí no hay seguridad de que lo traten siquiera, que lo más seguro es que lo rechacen, porque ellos son así.

–¿Entonces, por qué presentar un proyecto de ley por iniciativa popular?

–Porque no tenemos que quedarnos impávidos, pasivos, sino actuar. Tenemos que decir y hacer algo. Es lo que estamos haciendo nosotros con el Comité de Iglesias, estamos reuniéndonos con los campesinos. Ya lo hicimos con los campesinos de Alto Paraná, Caaguazú. Tenemos fecha para hacerlo con los de Horqueta y tenemos pedido para encontrarnos con los del sur, en Pilar, y también hacia Edelira.

–¿Para qué son esas reuniones?

–Para decirles que ellos se democraticen. Es decir, que hablen entre ellos, que se unan. Sin renunciar a su identidad ideológica, partidaria o lo que sea. El Paraguay necesita redención. Les decimos, únanse para que ese aserto se realice. Nos dicen que se quedaron con el desafío de comunicarse. Las organizaciones campesinas son muy importantes.

–¿Quién canaliza hoy esas inquietudes y necesidad de debate, si los partidos de oposición están debilitados?

–Es cierto, no pintan nada ahora. El más importante, el Partido Liberal (PLRA), se ha dividido aún más. Cartes se encargó de dividirlos, llevando a Blas Llano, a Dionisio Amarilla quienes, supuestamente son liberales. En realidad, no les interesa el Partido Liberal. A ellos les interesa su negocio, se han enriquecido.

Por parte de estos partidos es difícil que hoy tengamos una oposición sólida. Entonces, el pueblo tiene que ejercer el disenso, la crítica. Yo digo a los campesinos: Hablen entre ustedes, busquen y dibujen un proyecto de país.

–¿Hay interés de debatir sobre un nuevo proyecto de país ?

–Sí, ganas hay, hay preocupación y deseo. Y Eso es lo bueno. Todos me preguntan, ¿qué hacemos? La respuesta es unirse y delinear un proyecto político para el país, para el Paraguay que queremos. Solo luego podemos buscar un candidato válido.

–Pero promover una candidatura también demanda recursos económicos…

–Bueno, lamentablemente la política se prostituyó totalmente. Entonces la política es ¿cuánto ofreces? ¿Cuánto vas a dar? Hoy día no es el arte de hacer el bien común, sino es para hacerse rico. Y no solamente contentarse con lo que se tiene, sino hay que acaparar más y más. Es lo que nos enseña “el patrão” (por Horacio Cartes). Acaparar, que no se trata solamente de plata, sino de ideas, instituciones, discurso. ¡Todo! Por eso creo que se van a ir contra la prensa también.

–¿Qué opina sobre la actuación de la Comisión Bicameral de Investigaciones que crearon en el Congreso?

–Eso es para apoyar al patrón a que dominen todo y que las organizaciones sociales no tengan fuerza, y su partido, el Partido Colorado Cartista, haga lo que quiera. Para eso es. Y además, para ir contra la prensa. Cartes se arma para ser totalmente arbitrario, para fortalecer un autoritarismo que ya hay.

–¿Y cómo ve que hay tanta gente predispuesta a hacer lo que él dice?

–Es por la plata. Más aún si te ofrecen hasta dólares, no sé. Pero es el problema. Aunque todavía hay gente valiosa, con principios, en los partidos, que no se van a vender fácilmente, incluido en el Partido Colorado. El Partido Liberal está herido, debilitado igual que los partidos más pequeños. Y da la impresión que al Gobierno no le interesa la opinión pública local ni internacional. No importa lo que digan. Ahora, Peña está ante una prueba de fuego.

–¿A qué se refiere?

–A que está en sus manos vetar o no la ley contra las oenegés sobre la que incluso desde el exterior le están diciendo que esa ley no puede ir adelante porque contradice una serie de principios y de valores democráticos. Es un retroceso en derechos humanos. Con este tema vamos a ver si como presidente todavía está con sentido común o ya está totalmente dependiente del “patrão”. La gente está despertando, por las necesidades, porque es el colmo cómo se roba y cómo este señor Cartes aglutina y protege a figuras Indeseables. Por ejemplo, Nenecho (Óscar Rodríguez), el intendente de Asunción. Ahora se le da protección a los delincuentes, a los tránsfugas, a los que roban. Todas las instituciones están copadas. Nuestra esperanza era el fiscal general.

–¿Ya no lo es?

–No, porque agachó cabeza. El diputado (Yamil) Esgaib dijo públicamente una vez que el fiscal general está en manos de ellos y cuando quieran lo van a sacar. Por otra parte, en el Poder Judicial creo que solo dos o tres ministros están en disidencia, el resto, si no son cartistas, tienen miedo, son tibios, débiles, entregados. ¿Por qué no resuelven, por ejemplo, la inconstitucionalidad presentada por Kattya González por su destitución del Senado? Esto significa miedo. En la dictadura el miedo era el gran aliado paralizante.

–¿Qué le parece que el presidente viaje con frecuencia y presente una imagen fantástica del país?

–Es lo que le sobra, es un viajero. Y sobre ese país que presenta como el paraíso terrenal, creo que eso no le traga nadie. Sin seguridad jurídica y sin seguridad social, quien se animará a venir para invertir. Aquí se castiga a los más vulnerables, y no a los que deben ser castigados. ¿Cómo defender a Nenecho (Intendente), a Hernán Rivas y otros puestos en el poder?

Este primer año marca lo que puede seguir siendo el gobierno, porque Cartes no va a cambiar. Todo lo que hace va en contra de la institucionalidad.
No se admite la crítica. Las personas con méritos, títulos y experiencia no pueden triunfar en su propio país. Aquí triunfan los hurreros y quienes son venales y se venden.
Está en manos de Peña vetar o no la ley contra las oenegés, sobre la que incluso desde el exterior le están diciendo que contradice una serie de principios y de valores democráticos.

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