22 dic. 2024

Peñismo

La tranquilidad política generada por la mayoría que le regalaron las elecciones a Santiago Peña comenzó a interrumpirse en los últimos días debido a los pequeños torbellinos que por el momento no afectan la gobernabilidad.

El presidente es, sin duda, una figura con norte fijo en sus proyectos tanto a nivel nacional como internacional, se mueve con seguridad hacia sus objetivos y sabe consolidar conexiones claves a nivel político y económico.

Sin embargo, hay un punto débil que lo hace vulnerable y por el que no puede transitar muy cómodo en su gobierno, lo que lo obliga a acentuar su gran habilidad para relacionarse.

Peña no tiene una base partidaria construida a partir de un liderazgo propio. Su trayectoria política de base liberal obligada a saltar al coloradismo lo convierte en dependiente de una fuerza en donde no gobierna. No tiene carrera política en cercanía con la dirigencia y está inserto en un movimiento que le fue prestado, que no es suyo y donde nadie le debe nada. El presidente es un miembro más de una nucleación que el centro es Horacio Cartes.

Es el Partido Colorado liderado por el patrón el que sostiene políticamente a Peña, lo que no es desconocido para nadie ni para el presidente, que más de una vez dio señales públicas de su lealtad, hasta ir a la casa de Cartes a informarle sobre su viaje a Estados Unidos.

El pasado y presente conflictivo de Cartes es, sin duda, un obstáculo para mantener la tranquilidad que Peña busca mantener y varios referentes han mostrado indicios de preferir alinearse al perfil del presidente antes de que del líder del partido, quizá dentro de un peñismo que aún no existe y que está conformado por sus más cercanos.

Pero un movimiento propio de Peña puede salir del cascarón, mas no le es posible levantar cabeza, al menos no bajo la sombra de Cartes.

Para que esto ocurra, Peña necesita aliados en ambas cámaras del Congreso que estén dispuestos a responderle directamente incluso como una bancada propia. Necesita trabajar en construir una base partidaria bajo su liderazgo y, sobre todo, mucha fuerza para moverse en medio de los posibles conflictos que esto pueda generar. Son elementos lejanos que si bien se mencionan, no son posibles en este contexto. En la visión de Peña tampoco hay mucho interés. Ante las nuevas señales de división en Honor Colorado, prefirió afirmar que los que intentan instalar la idea de ruptura viene de fuera, porque “la familia” está más unida que nunca.

“Es hasta lógico con un trabajo tan armónico que estamos llevando adelante que el interés sea dividir a la familia. La familia del Partido Colorado está cada vez más fuerte. La familia del movimiento Honor Colorado que fue la base de nuestra victoria el 18 de diciembre y el 30 de abril está más fuerte que nunca. Mantenemos un diálogo muy fluido con el partido”, aseguro el mandatario desde Mburuvicha Róga. El joven presidente tiene mucho a su favor y sus actuaciones demuestran que ser hábil es su cualidad más grande. Hasta cuándo le servirá esta habilidad para mantener la autonomía y no llenar de concesiones su gestión de gobierno. Es una pregunta que solo el tiempo podrá responder.

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A continuación, una columna de opinión del hoy director de Última Hora, Arnaldo Alegre, publicada el lunes 2 de agosto de 2004, el día siguiente al incendio del Ycuá Bolaños en el que fallecieron 400 personas en el barrio Trinidad de Asunción.