El guitarrista granadino recurrió al repertorio jazzístico de Pardo para urdir el espectáculo “Flamenco Universal”, cuyo estreno mundial, auspiciado por la Fundación SGAE y el Instituto Cervantes, acogió París tras un preestreno el pasado sábado en Madrid.
Cerca de 1.300 personas acudieron al auditorio parisino, en el que Habichuela se lanzó con un fandango en homenaje al fallecido Paco de Lucía y siguió con una soleá, para continuar después, ya con el resto del grupo, con una seguidilla.
Numerosos aplausos acompañaron cada canción, reflejo de un interés por el artista que hizo que algunos asistentes no pudieran entrar a la sala, al haberse superado las expectativas de público.
“En Francia siempre ha habido una afición tremenda, con espectáculos importantes”, relató a Efe Habichuela antes de actuar, en una entrevista en la que saludó el interés de una “juventud encantada con el flamenco, en Francia y en cualquier parte del mundo”.
De dinastía flamenca y, por tanto, rasgueo genético, José Antonio Carmona “Pepe Habichuela” se mostró orgulloso de hallarse en París -una “ciudad importante a la que le gusta el flamenco"- y de la mano de la Unesco, donde ya actuó junto a Enrique Morente a principios de los setenta.
“El flamenco va para arriba, vamos a gozar”, aseguró el recientemente nombrado “maestro del flamenco” por el estadounidense Berklee College of Music ante la mirada atenta de Pardo, “un cantaor fantástico”.
Junto al guitarrista, Pardo anunció un concierto “profundamente flamenco en el fondo y en la forma” y ante un público, el parisiense, “catalizador” de muchas corrientes. “Somos más carne artística para esta ciudad”, reflexionó.
El mismo París que tiempo atrás, de Saint-Germain a Montparnasse, abrigó (y consagró) el éxodo del primer jazz, un sonido que riega la propuesta de ambos flamencos, cuyo espectáculo revisa temas básicos de la casa Habichuela y piezas del propio Pardo tras el poderoso eco de Enrique Morente o Paco de Lucía.
“El flamenco es una música universal y es bonita la fusión, es bonito pasarlo bien”, estimó el guitarrista, quien promete “tocar por seguiriyas, soleá y bulerías”.
Pardo, cuya obra enlaza jazz y flamenco, describió la fusión como un “viaje hacia no se sabe dónde, una ida y vuelta hacia otros estilos”, aunque, precisa, “siempre volvamos a casa”.
Y esa es, dijo, la “grandeza” de un flamenco que no es “monótono” y sí “multiforme”, que no se acaba nunca.
Horas antes, en la rueda de prensa que reunió a ambos músicos sobre el escenario dispuesto por la Unesco, el presidente de la Fundación SGAE, Antonio Onetti, enmarcó la velada en la “promoción del repertorio de los autores españoles”.
“El flamenco es un pilar básico de la música popular española”, declaró Onetti, quien se congratuló de cómo este “gana terreno en consideración y reconocimiento” sin dejar de reforzar una “marca España” que alimenta “la condición de nuestro país como potencia cultural”.
Una reivindicación que hizo suya el propio Pardo, quien reclamó el apoyo de las instituciones no ya para el “flamenco de salón”, sino también para “el que se hace cada día en pequeñas comunidades, una cantera futura”.
“Es la manifestación de una vida, y en una vida hay momentos de dulzura, alegría, pasión y por supuesto dolor”, manifestó el saxofonista cuestionado por el origen “deprimido” del flamenco, un arte que, en su opinión, nace de una alegría del corazón.
Ambos intérpretes estuvieron secundados por la guitarra de Josemi Carmona -hijo de Habichuela-, la percusión de “Bandolero” y el contrabajo de Pablo Báez, así como por la bailaora Paloma Fantova.