08 jul. 2025

Peregrinación avanza en busca del reencuentro con la Virgen

FE QUE MUEVE MONTAÑAS. Pese al azote del calor y el temor al virus, fieles caminan hacia la Madre para mostrar gratitud.

Resiliencia. Doña Saturnina Ramírez (64) permanece bajo una pequeña carpa, al costado de la Basílica de Caacupé. La mirada la tiene puesta hacia los transeúntes en busca de concretar ventas. Cada vez que levanta el mantel celeste que cubre la canasta puesta sobre la mesa, el agradable aroma de la chipa invade el entorno.

La mujer comercializa el alimento tradicional hace más de 40 años en la capital espiritual. En este 2021 retorna a su lugar de trabajo luego de superar un cuadro grave de Covid-19. Pero la enfermedad se cobró la vida de varios de sus familiares y la hizo atravesar por un largo periodo de crisis económica.

“Falleció mi mamá, que también vendió chipa por más de 70 años en Caacupé; murió mi cuñada y mi sobrina, quien dejó hijos chicos. Yo también estuve muy grave, pero logré salvarme y aquí estoy”, expresa la vendedora.

Para doña Saturnina volver a recuperarse es un milagro. “Durante los días que estuve internada yo soñé que alguien me decía que volvería a ver esta fiesta de Caacupé, como ahora mismo lo estoy haciendo. Le veía también a las personas que están aquí en frente pidiendo limosna, a quienes les suelo dar chipa con cocido. Soñé que me pedían que continúe haciéndolo. Eso es lo que recuerdo”.

icono whatsappRecibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsApp

Como agradecimiento hoy preparará una merienda y rezo del rosario en su hogar de la compañía Ascurra, luego de terminar la labor en la fiesta mariana del 8 de diciembre.

Al igual que doña Saturnina, miles de feligreses este año tienen un milagro de vida que contar, luego de superar un cuadro grave de Covid y acuden a la Villa pese al temor al virus que sigue latente. También cuentan duros testimonios de pérdidas de seres queridos en medio de un colapso sanitario.

Muchos peregrinos concurren para agradecer principalmente por la salud. Otros en busca de alivio espiritual ante el duelo que les toca vivir.

SERENATA Y BOMBAS

La pandemia modificó las tradicionales actividades en la Villa Serrana. Si bien este año se permite la visita de los creyentes la habitual serenata presencial no fue posible. Esta vez el homenaje a la Virgen de Caacupé se realizó de manera virtual con un despliegue de artistas. Tampoco hubo el show de los fuegos artificiales en el edificio de la Basílica como se realiza cuando llega las 00:00.

Sin embargo, se preparó en un cercano hotel. En este caso fue una medida por seguridad del edificio patrimonial, ya que las vibraciones por la pirotecnia pueden afectar los vitrales y parte de las estructuras de la Basílica, de acuerdo con la recomendación hecha por bomberos. Fue lo informado por la Diócesis de Caacupé.

COMERCIO

Hasta ayer la concurrencia no fue en la misma cantidad que años anteriores a la llegada del coronavirus. Esta disminución de visitantes impacta en la actividad comercial del lugar. Mientras en el 2020 no podían operar, este año las ventas son bajas. No obstante, varios trabajadores se muestran optimistas esperando que para hoy la situación mejore. “Se vende, pero no como antes”, señala una vendedora de santos y artesanías de barro.

REPORTES

La concurrencia también deja como saldo desechos sólidos, pero como existe disminución en la participación, a diferencia de otras festividades, hasta ayer por la tarde no se observó excesiva cantidad de mala disposición de basuras dispersas por las arterias.

La Municipalidad de la ciudad de Caacupé reportó que en el marco del operativo, desde el 28 de noviembre hasta ayer se recolectaron cerca de 700.000 kilos de basuras.

El Ministerio de Salud, por su parte, reportó que hasta ayer realizaron 6.464 atenciones, hubo 4 hospitalizados y 24 traslados en ambulancia. Se vacunaron 726 personas y se realizaron 33 hisopados; una peregrina dio positivo al Covid.