“Mirá, ¿qué puedo hacer porque una señora cobró por la indemnización de su familiar G. 30 millones?, corre peligro, le puede pasar muchas cosas. Es una persona adulta y no quiere depositar en el banco”, iniciaba el relato del contacto.
Marecos consultó de qué se trataba la indemnización, a la que la fuente le responde que se trataba de una indemnización de la ANDE por electrocución. El monto ínfimo que cobró la mujer fue lo que despertó las alarmas del comunicador.
Tras esto, contacta con Norma Salinas, fiscala que llevaba el caso de la muerte por electrocución de los dos funcionarios; le pregunta el monto de la indemnización, a lo que la fiscala le responde que es de G. 400 millones para cada familia.

Después de la llamada, Marecos solicita a uno de sus cronistas que visite a Juana Honorina Casco de Ramírez, quien le confirma que solo recibió G. 30 millones. Llamativamente, poco después de que la prensa estuviese en la humilde vivienda se presenta en el lugar Juan Ramón Acosta, padre de Anadelia, para pedirle que no cuente cuánto le dieron y para preguntarle quién está detrás de las averiguaciones sobre su indemnización. El resto es de público conocimiento.