EFE
En una rueda de prensa, Molina, considerado como el mejor perito de Brasil, explicó que la grabación, que ha puesto contra las cuerdas a Temer, es de mala calidad y que el audio presenta interrupciones, por lo que considera que no se puede decir si fue editado o no antes de ser entregado a la Fiscalía.
“La grabación debería haber sido considerada inservible desde el primer momento. Y así lo sería, si apareciera en un caso sin las connotaciones políticas que aquí prevalecieron”, explicó Molina.
“No puedo decir si fue editado o no, por la razón muy simple de que no es posible escuchar, durante la mayor parte del tiempo, lo que dice el presidente”, aseguró el experto, para quien “en una situación normal, esta grabación nunca sería aceptada como prueba. no existe prueba más o menos buena. O es buena o no sirve”.
Molina dejó clara que la polémica grabación “es de mala calidad y debe ser descartada. No puedo garantizar que no haya sido manipulada”.
El perito criticó la Fiscalía por incluir la grabación que hizo Batista de una conversación con Temer en el informe de la investigación, sin haberla sometida antes al análisis técnico de la Policía Federal.
"(Los fiscales) concluyen que el diálogo es audible y tiene una secuencia lógica. Más de la mitad de lo que habla el presidente es ininteligible. Si (lo que habla) uno de los interlocutores que participan en la conversación es ininteligible, ¿cómo pueden decir que (la grabación) tiene una secuencia lógica?”, agregó.
La Fiscalía utilizó el audio para solicitar a la Corte Suprema la apertura de una investigación en contra de Temer, que fue aceptada.
El escándalo que tiene a Temer contra las cuerdas estalló con la divulgación del audio de una conversación que tuvo con un empresario en su residencia oficial, en la que parece consentir diversas maniobras ilegales que le son relatadas.
El empresario era Joesley Batista, uno de los dueños del gigante cárnico JBS, quien decidió gravar la conversación con Temer para presentar pruebas en el marco de un acuerdo de cooperación con la Justicia por el que busca reducciones en las posibles condenas que le sean impuestas en diversos procesos por corrupción que enfrenta.
Batista y otros directivos de JBS afirman, entre otras cosas, que pagan sobornos a Temer desde 2010 y que en los últimos años financiaron en forma ilegal a 1.829 políticos.
El escándalo puso a temblar el Gobierno de Temer, cuya renuncia es demandada por diversos grupos, y provocó una ruptura en la mayoritaria coalición partidaria que lo apoya en el Congreso.
Analistas políticos sostienen que la unidad de esa base política es la única tabla de salvación de Temer, cuya popularidad hasta el estallido del escándalo no llegaba al 10 %.
En los últimos días Temer, que se dice blanco de una conspiración, se ha dedicado a conversar con los parlamentarios que lo apoyan para evitar una desbandada y a resistir a las presiones para que renuncie.
“Si quieren, que me derriben porque, si yo renuncio, es una declaración de culpa”, dijo el gobernante en una entrevista publicada hoy por el diario Folha de Sao Paulo.