Después de poco más de dos meses de encierro, los templos religiosos se reabrirán a los fieles, aunque en cantidades limitadas y controladas (ver infografía).
Desde el próximo lunes 25 de mayo se procederá a la reapertura de las iglesias para la celebración en público tanto de la eucaristía como de otras actividades sacramentales.
La decisión de incluir a la Iglesia en la fase 2 de la cuarentena inteligente se tomó, ayer, luego de varias mesas de trabajo entre representantes del Ministerio de Salud Pública (MSP) y las autoridades eclesiales.
En la víspera, esta noticia se dio a conocer tras una reunión que mantuvo el ministro de Salud, Julio Mazzoleni, con los obispos en la nueva sede de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).
Monseñor Amancio Benítez, secretario general de la CEP, indicó que en esta etapa se permitirán los bautismos individuales y matrimonios con asistencia de hasta 10 personas.
En efecto, las misas se desarrollarán con esa mínima cantidad de fieles, a quienes antes de ingresar al templo se les tomará sus datos como nombre, lugar de residencia, dirección y número telefónico. “Las parroquias están totalmente preparadas con las medidas sanitarias: lavado de manos, personal que atiende la higiene, marcaciones en los bancos para mantener la distancia requerida”, aseguró.
Esta semana, emitirán el protocolo que contemplará que en todo momento el fiel deberá usar mascarilla, mantener la distancia física -de dos metros-, evitar contacto al saludar y no permanecer frente a la iglesia, entre otros.
En cuanto a las confesiones, también se piensa reactivar manteniendo la distancia debida, en un ambiente privado pero aireado.
“Cada parroquia organizará la realización de cada una de las actividades”, dijo al señalar que la iglesia “se compromete a controlar que no exceda la cantidad de fieles”. Respecto a los adultos mayores, señaló que la sugerencia es que ellos participen de las misas desde la fase 3 de la cuarentena. “Va a depender de esta prueba para que después se abran las iglesias a más participan”, concluyó.
En lugares amplios, como las catedrales, vendrán las indicaciones de distancia y será mayor la asistencia de los fieles.
Se anotarán los nombres de los que van a entrar, de dónde son y su número de teléfono en caso de que surja algún inconveniente. Amancio Benítez, secretario general de la CEP.