El nicaragüense Erick Gutiérrez contó que su mascota estuvo a punto de morir por sufrir parvovirus, una enfermedad vírica, altamente contagiosa y que afecta, principalmente, a mascotas no vacunadas, y con mucha fe, le pidió a san Lázaro que lo sanara y que se lo presentaría en el altar, explicó.
“Es la primera vez que lo traigo. (Kiwi) se me había enfermado, entonces yo dije que se lo iba a traer a él (a san Lázaro para su bendición) si se me curaba”, añadió Gutiérrez durante su visita a la iglesia Santa María Magdalena, en la ciudad de Masaya.
Kiwi, ahora totalmente rehabilitado, llegó muy elegante para la ocasión: con atuendo de sombrero, camisa blanca y pantalón negro, con lo que fue presentado ante el santo en señal de agradecimiento, “porque estuvo a un pie de la muerte”, sostuvo el dueño.
Así como Gutiérrez, a la iglesia asistieron cientos de devotos que disfrazaron a sus perros y perras, y acudieron a la misa celebraba en la parroquia para pagar sus promesas a san Lázaro, venerado en Nicaragua como el santo de las mascotas y protector de los animales.
La iglesia Santa María Magdalena acogió a cientos de mascotas ataviadas con sombreros, trajes de gala, bailarinas de ballet o con lazos que fueron presentadas por sus dueños ante san Lázaro, a quien le pidieron, principalmente, por la salud de sus cachorros.
Te puede interesar: Esperancita, la perrita que aún espera a su dueño fallecido
Los devotos acudieron con candelas y flores a la iglesia situada en Masaya, a 26 kilómetros al sureste de Managua.
En Nicaragua, san Lázaro es venerado como el santo de las mascotas y esta peregrinación anual por los favores recibidos o para rogar por otros está muy arraigada en este país centroamericano y se celebra previo a la Semana Santa.
Por su parte, la promesante Sonia Lacayo, que participa desde hace una década en las festividades, llevó a “Dixie” y a “Tequila”, que recibieron la bendición de san Lázaro “para que los mantenga sanos”.
“Tequila”, una chihuahua de 5 años, iba ataviada con un sombrero de charro, mientras que “Dixie”, de 9 años, de pelaje blanco y encrespado, la adornaba un lazo rosado alrededor del cuello.
Razas como pastor alemán, salchichas, husky siberianos, chihuahua, pitbulls y chow chow y hasta perros criollos fueron llevados ante la pequeña imagen, situada en un altar dentro de la parroquia Santa María Magdalena.
La jornada religiosa incluyó bailes folclóricos, la elección de los mejores disfraces de los cachorros y la subida del santo.