La suma de estos factores da vía libre al Tribunal de Sentencia integrado por los jueces Elsa García, Cándida Fleitas y Ana Rodríguez, a otorgarle la prisión domiciliaria, hasta tanto se resuelvan la apelación y todas las acciones posteriores que pudieran retrasar su ingreso efectivo a prisión.
Sin embargo, a diferencia de otros casos en que el juez pasa por alto la pena mínima, incluso con personas sin condena, resulta llamativamente diligente el otorgamiento de la prisión domiciliaria a Ñoño Núñez –hermano del presidente del Congreso, Basilio Bachi Núñez–, pese a los intentos de la Fiscalía por evitarlo. El fiscal Luis Said se opuso a la prisión domiciliaria, alegando que existe peligro de fuga, atendiendo a la elevada pena a la que fue condenado por corrupción. En contrapartida, la defensa presentó una fianza de G. 54.000 millones.
Pero no es la primera vez que la defensa de Núñez plantea la revisión; en los últimos tres meses hicieron tres pedidos, y esta vez fue beneficiado.
CONDENADO. Núñez fue condenado el 15 de diciembre del año pasado a 11 años de cárcel por lesión de confianza, administración en provecho propio y producción de documentos no auténticos. El Tribunal le impuso también la prohibición de ejercer cargos públicos por 10 años. Junto a él, fueron condenadas otras cinco personas.
Durante ocho años lograron extender esta causa, pero finalmente terminó con una condena unánime.
Confirmaron que fue caso “especialmente grave”, comprobándose que se cometieron varios hechos punibles entre el 2008 al 2013, durante la administración de Núñez en la Gobernación.
Se había detallado en la sentencia cómo -por ejemplo- a través de los cheques de la entidad gubernamental se utilizó el dinero público, dejando un perjuicio de G. 42.503 millones.
De junio del 2009, a julio 2010, Diana Rojas fue secretaria general del entonces gobernador. Ella cobró 15 cheques y todos le entregó a Óscar Núñez. El monto alcanzó los G. 304 millones.
El 16 de agosto del 2011, Carlos Samaniego, sin ser funcionario, cobró un cheque de G. 80 millones y le entregó a Núñez en su despacho.
También en el 2012, Julio Portilla, recibió G. 1.418 millones y todo ese dinero como en éstos otros casos, le entregó a Ñoño Núñez.