Deudas. ¿A cuánto asciende la deuda de la Comuna? El último informe revela una deuda de casi G. 200 mil millones con tres entidades bancarias: GNB, Continental y Basa. También, informa que solo por la emisión de bonos con la firma Valores Casa de Bolsa SA, debe más de 1.600 millones, en concepto de intereses y capital a pagar. Solo aquí se contabilizan más de 237 millones de dólares por deudas que finalmente tendrán que ser pagadas por los asuncenos que tributan.
La Municipalidad, por otro lado, registra, en su segundo balance cuatrimestral del 2024, un pasivo de G. 2.557.717.762.033 (más de 320 millones de dólares) discriminado en préstamos, salarios y otros ítems. Al año destina más de G. 500.000 millones solo en salarios, incluidos las distintas clases de bonificaciones y subsidios. Y este dinero va distribuido a sus más de 7.000 funcionarios.
El dinero que la Municipalidad recibe por parte de sus contribuyentes también es invertido en obras, pero en muy bajo porcentaje. Hasta agosto del 2024, de acuerdo con el documento de ejecución presupuestaria del segundo cuatrimestre, recibió más de G. 742 mil millones y gastó en inversión física G. 72 mil millones, apenas un 9% del monto presupuestado para dicha inversión, que ascendía a G. 836 mil millones.
Bonos. La baja inversión que realiza la Comuna en contrapartida al dinero que recibe, se puede equiparar al lento y, en algunos casos, nulo avance de las obras para las cuales se emitieron bonos.
En la administración de Nenecho, en sus propias palabras, se emitieron tres bonos: el G7, por G. 200 mil millones; el G8, por G. 360 mil millones; y el G9, que se usó para pagar las deudas heredadas de administraciones pasadas por la emisión de los bonos G3, G4, G5 y G6. De los bonos G7 debía destinarse una parte, G. 6.000 millones, a la construcción del mirador de Ita Pytã Punta. De los mismos bonos se debía destinar G. 14 mil millones a la red de protección de incendios para el Mercado 4. Ninguna de estas obras inició, o al menos no hay una información oficial al respecto. Cabe mencionar, además, que en el marco de estos bonos se contemplaba un pago de G. 18 mil millones para la revitalización de la Estación de Buses. Dicho lugar presenta varias falencias. Sin embargo, Nenecho resolvió, en noviembre del año pasado, reprogramar estos fondos para el mejoramiento vial de las calles de Asunción.
Los bonos G8, entretanto, debían usarse para el desarrollo de ocho cuencas de desagüe pluvial. Hasta el momento, de acuerdo con la ingeniera de Obras, Mirtha Acha, solo se ejecutan las que corresponden a San Pablo y Abasto, aunque además ya fueron adjudicados dos proveedores para comenzar con las cuencas de Santo Domingo y de San Antonio y General Santos. Todas estas obras costarán más de G. 250 mil millones, casi el 70% del monto de los bonos G8.
La misma directora de Obras, en una entrevista con ÚH, aseguró que el dinero de esta emisión no alcanzaría para todas las obras previstas.
Faltantes. Según un documento socializado por la Municipalidad en junio de 2024 (que fue requerido en aquel entonces en el marco de un amparo promovido por el abogado Ezequiel Santagada), la actual administración aún no gastó el dinero de los bonos G7 en lo que respecta a las obras del mirador, de la Terminal y del Mercado 4, que suman en total más de G. 38 mil millones. El dinero no aparece entre los activos de las cuentas bancarias del último balance general.
Semejante situación se repite con los bonos G8. De acuerdo con la página de Contrataciones Públicas, para la obra de San Pablo y Abasto solo se pagó, hasta el momento, G. 13 mil millones a un proveedor, en tanto que para el otro se adjudicó un monto de G. 71 mil millones. La diferencia de estas cifras con el monto total de los bonos G8 da como resultado más de G. 276 mil millones. Sin embargo, en el último balance compartido por la Comuna, la cuenta bancaria correspondiente a estos bonos registra una disponibilidad de solo G. 15 mil millones.
Estas irregularidades recuerdan a las que fueron denunciadas en 2024 y resultaron en un allanamiento, en julio de aquel año, por parte de la Fiscalía, y también en un dictamen de la Contraloría.
En ese entonces, la diputada Johanna Ortega habló de una discrepancia de G. 502.177 millones entre los fondos reportados y los realmente presentes en las cuentas bancarias de los bonos.
En el último documento de ejecución presupuestaria del 2023, el total de “saldo de bonos” ascendía a los G. 569 mil millones. A esto se sumaban los G. 195 mil millones de los bonos G9, y el resultado daba más de G. 764 mil millones. Este monto, considerado el total del saldo en bonos del 2023, debía restarse con el total del dinero utilizado en bonos durante aquel año, que fue de G. 262 mil millones. (Este monto incluía los gastos por “deudas pendientes de pago de gastos”, “construcciones” y “amortización por deuda bonificada”). La resta daba como resultado más de G. 502 mil millones, y este monto distaba bastante de la cantidad de dinero disponible en las cuentas bancarias, que ascendía a poco más de G. 540 millones.