Juan Manuel Brunetti asumió este miércoles como nuevo titular del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) en sustitución del ministro saliente Eduardo Petta, en un acto de transición que se realizó alrededor del mediodía de esta jornada.
Petta hizo un discurso en el que se despidió de la institución y realizó una serie de encargos al nuevo ministro. Le expresó personalmente que su “más íntimo deseo” es que Brunetti pueda cosechar lo que él y su equipo “sembraron” durante dos años y medio de gestión.
En una ocasión, cuando nombró a una persona encargada del servicio en el MEC, se le quebró la voz, se contuvo el llanto y se quedó por unos segundos en silencio. Luego retomó las palabras y entregó “la posta” pidiendo perdón a la ciudadanía si faltaron cosas por hacer y no hizo. “Pero jamás tuvimos malas intenciones”, dijo.
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Antes de eso, se había explayado sobre su gestión, principalmente en la pandemia del Covid-19. Se jactó de haber sobrellevado la situación con las clases virtuales y de haber beneficiado a las familias paraguayas con kits de alimentos, que fueron entregados como ayuda social en lugar de los almuerzos y las meriendas escolares.
“Hicimos todo el esfuerzo y realmente los logros los va a poder tener en sus manos, para poder transmitir lo que se hizo, porque de eso se trata, de liberar procesos profundos dentro de la educación”, se dirigió a Brunetti.
Eduardo Petta le encargó en su último discurso al nuevo ministro que, a la hora de tomar una decisión sobre la nueva suspensión total de clases presenciales, tenga en cuenta a las comunidades educativas vulnerables.
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También resaltó que en su administración se estableció la meritocracia, con 76.000 puestos concursados. Enfatizó que no se doblegó a la clase política ni al prebendarismo y le pidió a Juan Manuel Brunetti que se mantuviera firme ante esa realidad.
Incluso, le recomendó mirar las tapas de los diarios –como él “lo hacía"– todas las madrugadas para cubrir deudas históricas del ámbito de la educación.
Petta fue uno de los ministros más cuestionados del Gobierno de Mario Abdo Benítez, ya que durante su periodo de gestión demostró no estar a la altura del cargo.
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Con una actitud arrogante y una formación acorde a un fiscal, llevó adelante un retroceso en la gestión educativa durante la pandemia, que, según los especialistas, se trata del peor fracaso en la educación después de la era stronista.
La Cámara de Senadores incluso aprobó el voto censura en su contra y sugirió que fuese destituido del cargo; sin embargo, la Cámara Baja lo absolvió.
El jefe de Estado lo defendió por mucho tiempo a capa y espada, pero terminó cediendo el último fin de semana ante la presión ciudadana, para aplacar la crisis política y evitar un nuevo intento de juicio político.