En esta ocasión, su hija, Patricia Bracho, comentó que actualmente la casa en donde residía don Artemio está a la venta y pidió que la edificación en donde habitaba su padre sea reconocida como patrimonio cultural, en donde se realice la exposición de los objetos invaluables de su padre.
“Ahora la antigua casa donde vivía mi padre se encuentra en proceso de venta, él dedicó toda su vida a ese lugar, es un sueño que se preserven las cosas de mi papá porque son bastantes y no pueden echarse a perder todas esas menciones y reconocimientos tanto nacionales como a nivel internacional que él logró”, señaló.
Dijo que el lugar estuvo un poco dormido desde que don Bracho enfermó, ya que ya no contaba con fuerzas para dirigir el sitio, por la edad.
“Solamente cada 30 de julio se recuerda y se reconoce, pero tiene que haber algo que sostenga eso para que se le siga recordando, inclusive, para que los estudiantes, los jóvenes, los niños puedan visitar el lugar como un centro cultural, adquirir ejemplares con su historia, que se puedan hacer muchas cosas lindas a base de eso. Sería lindo que esto sea reconocido”, mencionó.
Relató que su mayor sueño es preservar los reconocimientos históricos que tiene su padre y al menos una parte de la propiedad como un museo, en donde se puedan apreciar dichas distinciones internacionales que destacan al Paraguay.
“Mi deseo es que las cosas de mi papá como los reconocimientos, las medallas, las distinciones, que ha recibido en vida sean reconocidas como un patrimonio por lo que significa eso, que la casa quede como un pequeño museo en parte”, refirió Patricia.
Añadió que en el país se debe dar la importancia a los patrimonios, que deben persistir los archivos de la Cruzada Mundial de la Amistad,
“Duele que esté olvidada una casa donde aún están sus cosas, donde está el cartel en frente que es del Día Mundial de la Amistad, que es algo que le identifica a él, es como un símbolo, porque él siempre se sentaba en frente, compartía con los transeúntes, la casa lo simboliza, es algo que como hija valoro y quiero que esto persista y no muera, tiene que haber algo que identifica a las Cruzadas ”, alegó.
historia de don Artemio. Nació en la ciudad de Quiindy, el 8 de octubre de 1924. Sus padres fueron Narciso Bracho y Teresa de Jesús Arbo. Egresó en 1951 de la Facultad de Ciencias Médicas de Asunción como médico.
En el año 1952 contrajo nupcias con la doctora Nélida Aquino y juntos ejercieron la medicina rural durante 15 años en el Chaco paraguayo: Puerto Casado y Puerto Pinasco. Al doctor Bracho le tocó ejercer la dirección de la Unidad Sanitaria del Instituto de Previsión Social (IPS).
Desde 1971 a 1998 se desempeñó como médico militar asignado en el Ministerio de Defensa Nacional y el Hospital Militar Central, habiéndose retirado como coronel de la Nación. Es padre de seis hijos y casi 30 nietos y bisnietos.
día de la amistad. El 20 de junio de 1958 don Artemio funda en Puerto Pinasco, en compañía de Horacio Maymi, gerente de la empresa International Product Corporation; Orlando Troncoso, contador general; Kurt Singer, secretario; Víctor Alfonso Rolón, juez de Paz, y capitán Carlos Rivas, presidente del Club Social, con la inspiración en el Día del Árbol (19 de junio), la Cruzada Mundial de la Amistad.
Desde el comienzo, Ramón Artemio Bracho ejerció la presidencia de la entidad, logrando paulatinamente la consagración de la Cruzada a través de los años, con extraordinarias celebraciones.
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