Es por eso que, adaptados a las circunstancias, han decidido volver y desnudar su alma en 2020, el año que se detuvo el tiempo, su primer show virtual, el 28 de noviembre.
“Es un espectáculo que tiene humor y emoción. Lo que tiene de bueno es, en la intimidad nuestra, mostrarnos cómo somos y cómo es nuestro reencuentro, que va a ser emotivo sin duda alguna porque es la parte donde uno vuelve a tomar conciencia de la vida”, cuenta la parte masculina del grupo en una charla con EFE por videollamada.
En la otra mitad de la pantalla, la inconfundible voz de su hermana explica que el show, que lo transmitirán desde un teatro de Buenos Aires y en el que trabajan 60 personas, entre técnicos, bailarines y músicos, está pensado a nivel internacional y se diferencia claramente del formato de sus giras tradicionales.
“Esto es otra cosa, es un espectáculo absolutamente hecho para ser streaming”, remarca Lucía sobre la cita, que contará con los actores Carina Zampini y Gabriel Corrado como invitados y cuyas entradas ya están a la venta en la plataforma “entradauno”.
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“No es el concierto típico de cantar un tema tras otro, que para qué vamos a hacer eso si eso lo van a ver luego (cuando retomen los conciertos normales). Tiene vivo y cosas grabadas”, agrega el compositor y cointérprete de la memorable pelea Olvídame y pega la vuelta, que les lanzó definitivamente a la fama en 1982.
Cambio de planes
A los Pimpinela se les paró el tiempo cuando debieron posponer de marzo a octubre y después al año que viene una gira que les habría llevado a cantar en su Argentina natal, México, Estados Unidos, Puerto Rico o Colombia, tras el éxito cosechado en febrero en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, en Chile.
A esto se suma que empezaron 2020 con mal pie: “El 12 de enero perdimos a mamá, pero de alguna manera, que se haya ido en esas condiciones con nosotros al lado ha sido una bendición, no como tanta otra pobre gente que durante la pandemia no tuvo la posibilidad de despedir a sus seres queridos”, afirma Joaquín. Y próximamente estrenarán una canción dedicada a su madre.
Un nuevo tema que llegará precedido por otro con el nombre del propio espectáculo virtual y los dos que ya editaron en plena pandemia: Traición, que acumula casi 20 millones de visitas en Youtube, en el que abordaron por primera vez una infidelidad homosexual, y Payaso.
“Gracias a Dios ya las teníamos grabadas y habíamos filmado los dos videos. Eso nos permitió trabajar desde casa”, señala Lucía, que define 2020 como “una película de ciencia ficción”.
También tenían previsto ir en diciembre a pasar las fiestas a su “segunda patria”, España, donde nacieron sus padres y donde mantienen una amplia legión de fans, pero también se canceló.
Así y todo, aunque el sector del espectáculo es uno de los más golpeados por la pandemia, se sienten afortunados: “Tenemos la bendición de poder salir adelante y organizar nuestras producciones, pero hay mucha gente que lo está pasando muy mal”, dice Joaquín.
Camino al 40 aniversario
Animados por su madre, los Galán comenzaron a cantar juntos en su más temprana juventud.
En 1981 publicaron su primer disco, aunque fue con el segundo, que incluía el pegadizo estribillo “Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta”, cuando empezaron a despuntar.
“El año que viene estaríamos cumpliendo 40 años de carrera. Se está gestando un proyecto de tener un año especial de compartir canciones con artistas, pero se está planeando. Hay mucha gente que admiramos y que aparecerá cuando tengamos esas canciones, como pasó con Dyango, con José José, Philip Michael Thomas o con el mismo Maradona”, declara Lucía, recordando algunos duetos de su carrera.
Al ser consultados sobre con quién les gustaría cantar, ella fantasea que con George Clooney. “Pero no sé si canta”, lanza entre risas. “Cuando Joaquín compone una canción para tener un invitado, cuando la tiene, la escuchamos y pensamos en la persona que sería la indicada para cantarla”, detalla.
Hogar Pimpinela para la niñez
Desde 1996, el dúo gestiona un hogar de acogida de niños en la provincia de Buenos Aires, que cerró temporalmente al llegar la crisis del coronavirus hasta que la situación se tranquilice.
Eso sí, la actividad no ha cesado: “Los 23 niños están repartidos en casas de las personas de confianza que trabajan en el hogar. Yo tengo un niño maravilloso de 6 años en mi casa con mi hija, y todo nos está dejando enseñanza”, señala la cantante, que a sus 59 años es la más dedicada al proyecto.
Y a pesar de las dificultades, estos meses el equipo técnico ya ha logrado vincular a cuatro niños del centro con sus nuevas familias adoptivas.
Sobre la enseñanza que deja la pandemia, Joaquín llama a tener conciencia del valor que tiene la vida después de que tantas quedaran este año por el camino: “Pensemos lo que vivimos y procesémoslo y no repitamos lo que no está bien”, concluye.