“Esta noche vamos a tener un nuevo presidente electo por todos ustedes y yo creo que sea quien sea, nunca debe olvidar que debe ser el presidente de todos los chilenos, no solo de quienes lo apoyaron”, aseveró tras emitir su voto.
Piñera agregó que Chile está “viviendo un clima de excesiva polarización, confrontación y disputas”, y deseó al nuevo mandatario “sabiduría, prudencia y éxito”.
“Podemos tener diferencias, pero todos queremos lo mejor para el país. (...). Los chilenos tienen capacidad de diálogo y de acuerdo, pero la política parece una guerra permanente”, afirmó.
Con dos candidatos que traen propuestas más drásticas que las de los grandes bloques de centro-derecha y centro-izquierda que llevan tres décadas repartiéndose el poder, el próximo mandatario será o el más izquierdista desde Salvador Allende (1970-1973) o el más derechista desde Augusto Pinochet (1973-1990).
Los últimos sondeos adelantan que ganaría el balotaje Boric, un diputado de 35 años -la edad mínima para optar al cargo-, partidario de lograr un Estado de bienestar con acento feminista, ecologista y regionalista.
Lea más: Chile contiene el aliento ante las elecciones más trascendentales en 30 años
Quedaría segundo Kast, un abogado católico de 55 años, que busca mantener con cambios el modelo neoliberal actual, bajar impuestos, afrontar con mano dura la migración irregular y es contrario al matrimonio gay y todas las formas de aborto.
Piñera aseguró confiar en que los resultados se conocerán esta misma noche, aunque aclaró que, en caso haber un margen muy estrecho entre los candidatos, deberán ser ratificados por un tribunal electoral y el proceso podría demorarse.
Los expertos coinciden en que este escenario es plausible, teniendo en cuenta el gran número de votantes que seguía indeciso en las últimas encuestas y que en primera vuelta solo les separó dos puntos porcentuales (Kast obtuvo un 27,9% de apoyo y Boric, un 25,8%).
El mandatario concluyó con un tajante llamado a acudir a las urnas, especialmente tras una primera vuelta en la que participó apenas el 47% del censo electoral.
“Esperamos tener un acto democrático, transparente y limpio. Queremos escuchar fuerte y profunda la voz de la gente”, expresó.
El próximo presidente, que tomará posesión en marzo de 2022 por un periodo de 4 años, deberá coser las heridas que dejó la crisis social de 2019; liderar la implementación de las normas de la nueva Constitución —en caso de aprobarse en un plebiscito de salida—, y hacer frente a los retos económicos que dejó la pandemia.