07 sept. 2024

Pitazo

Arrancó el juego para Peña. Deberá demostrar primero que es él quien manda y no su mentor o promotor. Puede disimular por un tiempo mostrando el rostro amable de un gobierno que tiene serios pendientes acumulados y que requerirán mucho carácter y valentía para enfrentarlos.

No será suficiente con el showoff tendrá que ser: el que deba ser. Nos imaginamos que la duda hamletiana acabará por interpelarle si quiere ser o no presidente de los paraguayos y mientras tanto perderá su tiempo en cosas irrelevantes e intrascendentes. En la primera entrevista y ante el retobado Arévalo, dijo: “... vamos a estudiar su caso”. ¿Quiénes son vamos? Además de él no debe existir otro que lo haga porque se supone que fue él y nadie más que él quien lo nombró en el cargo de consejero de Yacyretá. El lapsus linguae es probablemente la realidad hamletiana que debe asumir. Acabó diciendo que: si no le gusta el puesto de 85 millones de guaraníes al mes debe renunciar. Debe renunciar. Si el presidente no está de acuerdo con el comportamiento de un nombrado por él no espera que renuncie, lo echa y envía un mensaje poderoso de quién es en realidad quien manda como primer mandatario. En su primer impasse nuestro presidente ha revelado lo que veremos repetido a lo largo de todo este tiempo. Personas que se saben nombradas por otros actores del poder y que no le temen al mandatario electo.

Los norteamericanos con Robinson también metieron el pitazo en el tema de Cartes, afirmando en una entrevista que el ex mandatario local acusado por ellos de corrupto, metido en el crimen organizado y el terrorismo es un asunto de los EEUU y que como imperio que asume que es, no hace tareas por encargo de ningún gobierno y, por supuesto, menos del nuestro. Metió en offside a la demanda interpuesta por Cartes y Pedro Ovelar ante el Ministerio Público al punto que el abogado tuvo que admitir luego de la entrevista que el temido tema de la extradición sigue colocándolos en la incertidumbre. Ha sido claramente un mensaje diseñado con un propósito bien claro, diciendo que “Cartes es un asunto nuestro y vamos a seguir con el tema mal les pese a algunos”. Fue un silbatazo que sin VAR de por medio metió a muchos fuera de juego y con el banderín levantado.

En una presentación en sociedad a los extranjeros e inversores locales e internacionales, hicieron sonar las nuevas autoridades el pitazo de esperanza cuando prometieron no alzar los impuestos y meterle mano al robo (malgasto público) que se devora casi el 15% del Presupuesto. El ministro de Hacienda sostuvo el relato por menos de 24 horas cuando ya el sistema del robo habrá corcoveado ante el anuncio. Los integrantes de este amplio y selecto grupo de operadores del robo, donde están sindicatos, empresarios, legisladores y operadores políticos habrá metido el pitazo que hizo recular al vocero de los cambios, quien luego aclaró que ese “proceso llevará mucho tiempo”. En una palabra: se echó para atrás.

Otro silbatazo lo pusieron los actores internacionales. Los europeos, enojados por el manejo tropical de derogar un convenio por una ley, han puesto presiones en todos los sentidos al punto que el ex canciller cartista Loizaga habló de que hacerlo, en una palabra, era un adefesio. El mismo día que el vocero en el Senado Bachi Núñez recibía de regalo un par de guantes de box regalo del presidente Peña, ya anunciaba que admitía que el impasse puede ser resuelto muy lejos de los rimbombantes anuncios de campaña que el mismo convenio iba a convertir a los niños paraguayos en homosexuales. El pitazo hizo saltar los tímpanos, como los de los rusos que llamaron a su embajador a Moscú para que venga con la respuesta al discurso de Peña que comparó la agresión de Putin a Ucrania con nuestra Guerra de la Triple Alianza. Los rusos son los que más compran carne de nuestro país y también en eso podremos ver fuertes reculadas cercanas.

El único silbatazo que no escuchamos en estos días es el de los anuncios para que la gente viva mejor. Vimos nombramientos que mejoran los ingresos de muchos, sospechosos de corrupción que volvieron y hasta despechados consejeros de Yacyretá enojados por ganar 85 millones al mes. Pero el pitazo que faltó fue aquel que sancionara faltas, expulsara a los bandidos y mejorara las condiciones de la gente. Todo finalmente para evitar parafrasear a Hamlet de que algo huele mal en Paraguay.

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A continuación, una columna de opinión del hoy director de Última Hora, Arnaldo Alegre, publicada el lunes 2 de agosto de 2004, el día siguiente al incendio del Ycuá Bolaños en el que fallecieron 400 personas en el barrio Trinidad de Asunción.