Los canoeros se encargaron de instalar un improvisado toldo de media sombra para que los turistas puedan aguardar su turno para los paseos en bote. En uno de los extremos, también colocaron una bandera paraguaya, que flameaba con fuerza en la calurosa jornada del domingo.
A medida que avanzaba la tarde, aumentaba el número de personas que llegaban hasta la costa para apreciar de cerca el espectáculo natural. Con ello, el desplazamiento de canoas era incesante.
“Desde este fin de semana empieza a aumentar la cantidad de gente. Eso a los pobladores nos beneficia porque hay trabajo para los canoeros y también muchos vecinos venden algunos comestibles”, expresa Juan Sanabria, presidente de la Asociación de Canoeros de la zona.
Los paseos, para apreciar de cerca el yrupe, tienen un costo de G. 10.000 por persona. En el lugar también ofrecen viajes hasta el Castillo El Peñón. El precio para dicho destino es de G. 20.000.
POBLACIÓN. La aparición de jakare yrupe no es masiva como la registrada hace dos años atrás.
El paisaje se torna también diferente. Esto es debido a que el agua retrocedió varios metros de su costa habitual, tras el continuo descenso del nivel del cauce hídrico.
Esta especie, en teoría, se encuentra protegida por la Ley de Vida Silvestre y la normativa sobre delitos ambientales; lo que significa que su destrucción o extracción podría significar sanciones. La planta además se encuentra en la lista de especies en peligro de extinción.