Las denuncias de maltrato animal aumentaron un 200% desde que la Dirección Nacional de Defensa, Salud y Bienestar Animal inició su tarea pese a no contar con el presupuesto necesario para impulsar las políticas públicas de protección animal.
Este amor hacia los caninos, mininos y otras mascotas se reflejó, por ejemplo, en la manifestación espontánea de indignación cuando vecinos de Capiatá denunciaron a un secretario fiscal de matar a golpes a un perro. O cuando en las redes sociales miles condenaron el arrastre de un perro atado a una moto en Santa Rosa, Misiones.
En estos casos la gente pidió cárcel pero la Ley 4840/13 De Protección y Bienestar Animal habla de dos años de cárcel y es difícil que el infractor vaya preso, por lo que trabajarán en una modificación de la ley para aumentar la pena. Enciso destacó que ahora es mejor la respuesta de la Fiscalía y la Policía ante las denuncias.
“La gente debe entender que los animales tienen sentimientos, sufren, sienten dolor, hambre, sed, calor, frío, ellos, al igual que nosotros, necesitan asistencia para su salud y un sitio confortable donde vivir. Los dueños, tienen la obligación de proporcionarles lo necesario para su subsistencia y salud. Seamos conscientes de ello”, expresó el titular de la Dirección Juan Manuel Enciso.
Calificó de positiva la reacción de la gente ante los últimos sonados casos de maltratos. “Podemos destacar esto desde el punto de vista de conciencia ciudadana. Si bien aún como Dirección no se hizo una campaña de concienciación por cuestiones presupuestarias, se deberá hacer este año a través redes sociales, radios o TV”.
Enciso señaló que al menos el 95% de los paraguayos es animalero, porque al menos en la casa de un paraguayo hay un perro o un gato o alguna otra mascota.
Bienestar Animal busca expandirse hacia el interior para ir cerrando el circulo de colaboración para que no sean solos los activistas, el director o funcionarios de la entidad los que digan que está mal maltratar o matar a un animal y que sea la propia gente que ama a los animales.