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En 1914 se publicaba por primera vez en España la elegía andaluza titulada Platero y yo, una de las obras más leídas y traducidas en el mundo.
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría todo de algodón, que no lleva huesos”, reza el popular inicio del mítico texto, que une la lírica y la novela, y que sitúa al burrito Platero, junto al Rocinante del Quijote, como uno de los animales más famosos de la literatura universal.
El tomo cuenta la vida y muerte del burro Platero, uno de los más dibujados en su género, además de levantarse en su honor una estatua en Moguer, tierra natal de Juan Ramón Jiménez.
A lo largo de este año, tanto la Junta de Andalucía, la Diputación de Huelva, así como las autoridades de la ciudad de Moguer, organizaron festejos conmemorativos para honrar la obra.
“Este texto para adultos deleita a las generaciones de jóvenes de todo el mundo de habla hispana. Esta narración poética subraya la contemplación del paisaje y la naturaleza y la relación del hombre con su animal de trabajo y de compañía”, señala la poeta local Lourdes Espínola.
Añade que lo interesante de Platero y yo es que es un texto adulto, pero al ser sencillo es también indicado para la lectura juvenil por su lenguaje y frescura. “Sería recomendable su lectura, ya que apela a la imaginación juvenil, enseña sobre el medioambiente y su tono reflexivo invita a pensar y disfrutar en este siglo XXI caracterizado por la inmediatez y la prisa”, añade la crítica literaria.
Por su parte, el escritor Augusto Casola confesó que tras su lectura quedó “fascinado” por la “simplicidad” con la que es presentada la historia del “burrito”. “Se expone la toda la humanidad en una forma tan sencilla y transparente, mediante capítulos cortos, que prácticamente es un monólogo del autor con su burrito”, explica Casola.
Asevera que se trata de una obra maestra de la literatura castellana actual, del siglo XX, “principalmente por la sencillez y claridad del lenguaje”, ya que Jiménez, como poeta es muy complejo, cuestión que contradice con Platero y yo, donde el autor “se vuelve un relator de una aventura, de un romance casi humano, entre el burrito y el protagonista”, dice.
La obra, según Casola, “es una canción a la vida” y el autor busca con ella “demostrar la sencillez de la vida, dentro de las complejidades de la vida moderna, paseando a un burrito, ajeno a todas las mezquindades y altibajos de la vida”.
curiosidades. La obra se compuso entre 1907 y 1916, según figura en el sitio de la fundación Juan Ramón Jiménez. La primera publicación se trata de una versión para niños de 1914, divulgada bajo el título Elegía andaluza, y luego se publicó una edición completa en 1917. La primera contó con 63 capítulos, mientras que la segunda incluyó 138.
La primera versión inicialmente estaba destinada a formar parte de una colección titulada Biblioteca de la Juventud, por lo que la pieza no se escribió para niños. Al creador de la obra no le agradó la rústica edición, y dicen que tampoco le gustaron las ilustraciones.
El Juan Ramón niño, a través de sus recuerdos, es el protagonista de algunos capítulos. Su autor barajó varias opciones para el título, como Platero revi- vido, Platero residente, Platero (sin yo), Otra vida de Platero, al final se decide por Primer Platero, Platero Mayor, Último Platero.