“La clase política que nos viene gobernando desde hace 33 años es la que surgió del stronismo. Viene de esa práctica por la que se prometen cosas que jamás se cumplen, y lo único que hacen es aprovechar el cargo para llenarse los bolsillos y asegurar el porvenir de sus familias y de sus amigos”, expresa, quien lleva adelante desde hace varios años la búsqueda de las víctimas de la dictadura que siguen desaparecidas hasta el presente.
“Nosotros seguimos insistiendo, entre otras cosas, en la búsqueda de los desaparecidos. Por eso, esa Plaza de los Desaparecidos, al costado del Palacio de Gobierno, es simbólica. Tiene que ser revalorizada y ocupada permanentemente por la gente que está pensando en un país mejor. En esa famosa patria soñada a la que nos referimos siempre”, dice.
Más aún, sostiene, cuando la cultura stronista “está muy fuertemente arraigada en nuestra sociedad, es la que permanece, y sobre ella hay que discutir”. Ese debe ser el espacio, dice, para reunirse y recordar. Principalmente en fechas como el 2 y 3 de febrero, en que se recuerda el derrocamiento de Stroessner, el Día de recordación de los Desaparecidos, el Día de los Derechos Humanos y otras.
Es importante que se conozca que buscar a los desaparecidos permite mirar en el fondo de la cuestión “donde se ven todos los antivalores que sembró la dictadura militar”, opina.
Democracia. Tres décadas después de “la expulsión de Stroessner del poder, para su exilio dorado en Brasil”, para el doctor Goiburú “este no es el modelo de democracia por el cual dieron su vida tantos compatriotas durante 35 años de terrorismo de Estado. Los paraguayos no nos merecemos vivir como estamos”.
Considera que el modelo de democracia se tiene que construir entre todos. Y de cuanto se ha avanzado o retrocedido, no solamente el Estado debe hacer un mea culpa, sino también la sociedad civil que, según él, “está adormecida”. Por eso no existe debate.
“La democracia que nosotros nos merecemos es una que debe servir para solucionar los problemas de la mayoría de nuestro pueblo. Hoy, esta mayoría sufre, por falta de tierra, de educación, de trabajo; sufre la impunidad, la corrupción, el miedo. Todos estos son males que padecemos y arrastramos desde la dictadura”, resalta.
Son los temas sobre los que hay que hablar, hay que discutir y hay que solucionar.
A criterio de Goiburú, hay un retroceso en materia de derechos humanos. Prueba de ello son “los desalojos tan violentos contra nuestros pueblos originarios. Que el Estado los desaloje de esas tierras, no tiene nombre, y que encima no haya una ciudadanía consciente y solidaria que los acompañe y revierta esta situación. Esto significa que estamos muy mal como sociedad”, lamenta.