Los vecinos de la fracción Arasa Poty de Villarrica, Departamento de Guairá, llegaron este miércoles hasta la Unidad de Delitos contra el Medio Ambiente, para acercar más evidencias en torno al caso que ya les afecta de forma psíquica y física, según alegan en la denuncia.
María Sol Arrúa Ayala, una de las vecinas afectadas, manifestó que esta es una problemática de gran magnitud, ya que es un sonido que no les deja descansar y además les crea problemas físicos y psíquicos a más de 500 familias.
“Estamos cansamos, no sabemos cuál es el límite, nuestra vida misma, nuestra salud mental y física. Acudimos hoy a la Fiscalía para saber cómo avanzamos luego de un mes de haber denunciado”, agregó la vecina.
La mujer agregó que el sonido persiste durante las 24 horas en un barrio que tiene una gran cantidad de máquinas y que, si las autoridades no toman cartas en el asunto, esto tendrá un crecimiento incluso en toda la ciudad, agregando que más familias podrían ser afectadas.
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El abogado Jesús González, asesor jurídico de los vecinos, dijo que solo buscan que el Ministerio Público pueda intervenir para que los afectados puedan encontrar una vida saludable y que la empresa pueda bajar los decibeles del sonido que emiten las máquinas.
Por su parte, el fiscal Erico Ávalos indicó que ya se ha constituido hasta los perímetros de la empresa para constatar la denuncia y que ahora precisan de la ayuda de los vecinos, funcionarios de la municipalidad o la Policía Nacional, para acompañarlos con un decibelímetro para hacer las mediciones legales.
“Según los vecinos, cuando alguien va al lugar, ellos disminuyen la emisión del ruido”, dijo el fiscal que busca nuevamente presentarse en el lugar, en el momento exacto.
Ávalos manifestó que la firma pertenecería a un extranjero que ya fue convocado a una declaración indagatoria, a la cual compareció y solicitó un aplazamiento, la copia de la carpeta fiscal, además de fijar una nueva audiencia.