Aproximadamente 300 personas caminaron por las calles de Sargento José Félix López, más conocido como Puentesiño, en el Departamento de Concepción, portando remeras, globos, banderines blancos, para pedir fin de la violencia y que sea esclarecido el caso del joven Jorge Ríos, de 23 años, secuestrado y ejecutado hace dos semanas por la Agrupación Campesina Armada, Ejército del Pueblo (ACA-EP).
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En su mayoría, los manifestantes fueron jóvenes que lamentaron la muerte violenta del joven que pertenece a una familia muy querida en el distrito. Incluso, la consideran de benefactora de la comunidad de Norte Pyahú, donde tiene su establecimiento ganadero, de donde fue secuestrado en la noche del 28 de junio pasado.
La comunidad participó de una misa celebrada por el padre Eustaquio Agusti, cura párroco de la ciudad, ocasión en que rezaron por la paz en el Norte del país y pidieron justicia para Jorge y libertad para los secuestrados, el suboficial de la Policía Nacional Edelio Morinigo, el ganadero Félix Urbieta y el ex vicepresidente de la República Óscar Denis.
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Por primera vez se produjo este tipo de movilización en la ciudad de Sargento José Félix López, donde golpeó fuertemente el hecho de secuestro y asesinato del joven ganadero.
El caso
El joven fue secuestrado el pasado lunes 28 de junio en horas de la noche, del interior de la estancia Dos Hermanos, propiedad de su tío, hasta donde llegaron los delincuentes portando armas largas y lo llevaron ante la presencia de su abuela.
Los delincuentes exigieron el pago de USD 200.000 a la familia. El desembolso del dinero no se habría producido debido a que se cortó la comunicación con los captores, tras la filtración de una carta, en la cual se dejaron las coordenadas de dónde tenían que dejar el dinero.
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Su cuerpo fue localizado el sábado 3 de julio pasado por un pescador, a orillas del río Apa, en la zona conocida como Caracol, en territorio brasileño, situada a unos 30 kilómetros del sitio en el que fue secuestrado.
Las autoridades policiales confirmaron que el joven falleció tras ser ejecutado con un disparo de arma de fuego en la cabeza. En el marco de la investigación, la Policía Federal del Brasil detuvo a un hombre y a una mujer, de nacionalidad brasileña, porque supuestamente fue localizado en poder de ellos un celular, del cual la familia recibió una comunicación con los secuestradores.