Los pobladores se reunieron el lunes con la ministra de Obras Públicas y Comunicaciones, Claudia Centurión, con muchas esperanzas, pero se retiraron decepcionados “con las manos vacías y la billetera golpeada”, relató Luis Aquino, representante de los manifestantes que desde el 1 de enero pagan diariamente G. 30.000 ida y vuelta a sus comunidades en la Ecovía Luque–San Bernardino.
Los afectados comentaron que esperaban de la ministra “un poco de sensibilidad” sobre el impacto económico en las familias, que ya enfrentan el incremento de precios de la canasta básica.
“Nadie me va a decir hoy en día que estamos bien, estamos peor”, dijo Luis Aquino como crítica al eslogan “Vamos a estar mejor” de la campaña cartista.
Centurión se limitó a decir que no puede hacer nada al respecto y que solo cumple órdenes de su superior. “Se lavó las manos diciendo que solamente se puede hacer vía ley”, lamentó Aquino, quien a su vez afirmó que el sector quiere seguir en la lucha.
En cuanto a la ley, se refirió al proyecto que exonera a pobladores de San Bernardino, Nueva Colombia y Altos del pago de peaje en la Ecovía. La propuesta presentada por el diputado Roberto González está pendiente de estudio en la Cámara de Diputados, en su segunda vuelta.
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Sobre el argumento de que el tramo necesita de recursos para su mantenimiento, Aquino mencionó que, como pobladores, observan el gran movimiento y la buena recaudación en la zona, mientras que en contrapartida solo se realizaron algunos bacheos y limpieza.
El costo del peaje subió este año de G. 10.000 a G. 15.000, monto que se duplica para quienes deben cruzar el tramo diariamente para trabajar. Además, denuncian que “están acorralados de peajes”, ya que también en la ruta PY02 rige la tasa.
“Si ustedes, las autoridades representantes, le quitan el derecho a un joven, a un ciudadano, o sea, a la clase trabajadora, ¿cómo nosotros vamos a aguantar? Y ahí esto puede explotar”, advirtió el dirigente.
En ese sentido, tampoco descartan más movilizaciones, aunque reconoció que la intención no es molestar en el tránsito vehicular, sino ser escuchados.
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“Nosotros no somos delincuentes, somos gente trabajadora que quiere el desarrollo para nuestra gente, el progreso de nuestra comunidad y para el país”, agregó.
Al respecto, criticó que a la salida de la reunión se encontraron con alrededor de 1.000 cascos azules resguardando el puesto de peaje de la Ecovía.