La acción que generó más polémica fue la del juego entre Luqueño y General, donde el Auriazul reclamó un penal por una mano de Manuel Romero. Según la explicación del VAR, la misma no fue determinante en la sucesión de la acción ya que no impide de manera clara el desvío de la trayectoria inicial, por lo que no era sancionable la falta.
La directiva de Luqueño había reclamado posterior al juego la falta de unificación de conceptos al momento de tomar decisiones, por lo que solicitaba una reunión con Éber Aquino, el director de la Comisión Arbitral.