Los mercados de Asunción o de ciudades metropolitanas como Luque o San Lorenzo exhiben desde hace días esas figuras, algunas de las cuales llevan ya el nombre de las “víctimas” que serán quemadas la noche del 24 de junio.
Por un precio máximo de unos G. 300.000, en esos mercados y también en puestos de carretera, se ofrecen esas figuras de entre un metro y un metro y medio de altura.
Algunas tienen carteles o fotos de políticos, como el presidente Horacio Cartes o Mario Abdo Benítez, quien asumirá la Presidencia el 15 de agosto.
Pero los “Judas kái” (el Judas que se quema, en guaraní) abarcan a toda la escala política, desde legisladores a intendentes o concejales, dependiendo del gusto (o del disgusto) del consumidor.
La quema se emparenta con la Fiesta del Judas, que en otros países iberoamericanos se hace en Semana Santa, pero que en Paraguay se asocia con la festividad de San Juan, que –a su vez– se complementa con otras actividades relacionadas con el fuego, como el toro kandil (toro de fuego) o la pelota tata, juegos con pólvora, cohetes y la antigua tradición de caminar sobre las brasas, entre otros.