13 sept. 2024

Ponerse en forma

El tan esperado grado de inversión otorgado a Paraguay por la calificadora Moody’s es, sin duda, una de las noticias más importantes en materia económica de los últimos años. Este logro es fruto de varios lustros de trabajo serio y sistemático por parte de distintos gobiernos que han manejado la economía con responsabilidad, lo que permite al país proyectarse hacia adelante con mejores perspectivas. No obstante, aún quedan aspectos institucionales en otras áreas que necesitan mejoras.

El manejo responsable de la macroeconomía es un claro ejemplo de cómo una política de Estado, que trasciende gobiernos pero mantiene una línea clara y predecible de objetivos estratégicos, puede conseguir en el mediano y largo plazo resultados tangibles que beneficien a la población.

Desde la perspectiva del sector público, alcanzar el grado de inversión permitirá a Paraguay acceder a mejores condiciones de tasas al emitir deuda, algo que seguirá siendo necesario en el futuro cercano.

Sin embargo, Paraguay ya había logrado acceder al mercado internacional con tasas bastante bajas y cercanas a las de un país con grado de inversión, gracias a su buen comportamiento macroeconómico. Por lo tanto, aunque puede haber algunas mejoras adicionales, estas serían pequeñas. En este sentido, Paraguay se encuentra en una buena forma para aprovechar las oportunidades que ofrece el grado de inversión.

El sector privado también puede beneficiarse significativamente de esta nueva calificación. Al ingresar al grupo más exclusivo de países con grado de inversión, es probable que algunos fondos de inversión y empresas con capital disponible comiencen a ver a Paraguay como un destino interesante para sus inversiones. En este contexto, el primer paso para estos capitales extranjeros podría ser evaluar la posibilidad de asociarse o adquirir parcial o totalmente una empresa local con potencial de crecimiento, apoyado por la inyección de capital y know-how.

Este interés ya se está viendo en varias empresas de diversos sectores que están explorando oportunidades en Paraguay, y es probable que se multiplique en los próximos años. No obstante, para aprovechar estas oportunidades, el sector privado necesita adaptarse y transformarse.

Estas transformaciones implican cambios significativos en la forma en que operan muchas empresas que han sido exitosas hasta ahora, pero que siguen utilizando prácticas tradicionales, poco productivas y con escasa innovación.

Las empresas deben volverse más profesionales y estar alineadas con lo que cualquier inversor serio buscaría. Por ejemplo, los directorios deben dejar de ser exclusivamente familiares y contar con estructuras más diversas que agreguen valor estratégico. Además, las cuentas deben ser claras y seguir estándares de control internacionales, no solo locales.

Las auditorías externas deben ser realizadas por empresas de reconocimiento internacional. Y más empresas deberían someterse al riguroso proceso que implica emitir en la bolsa de valores, lo que las obliga a asumir un comportamiento más transparente y con una lógica de rendición de cuentas.

Algunas empresas también podrían avanzar con fusiones o joint ventures, cediendo el control total de sus empresas para adoptar nuevos modelos que les permitan ganar escala y volverse más atractivas para nuevas inyecciones de capital.

Invertir en la captación y desarrollo de talentos, así como en innovación y transformación digital, también es esencial para prepararse y volverse más atractivas como empresas.

En definitiva, se trata de un cambio cultural para muchas empresas que han sido exitosas, pero que ahora pueden dar un salto mayor al asociarse con grandes jugadores que tienen ganas y capacidad de invertir.

“Ponerse en forma” significa preparar a las empresas para que sean más visibles y atractivas para eventuales inversores, aprovechando así al máximo las oportunidades que brinda el grado de inversión recientemente obtenido por Paraguay.

Más contenido de esta sección
Darío Lugo — @darilu1970