La jueza federal de Tampa (costa oeste de Florida) Virginia Hernández Covington impuso esta sentencia a Steven Phillip Griffin, de 36 años y residente en Palm Harbor (Florida), quien se había declarado culpable de cargos por la adquisición de partes de animales de especies protegidas o amenazadas y posesión ilegal de armas.
Griffin deberá renunciar a los dos pares de cuernos de rinoceronte blanco del sur, cuatro colmillos de elefante africano, un cráneo de león africano y tres de leopardo comprados a los agentes del Servicio de Fauna Silvestre y Pesca de EEUU. También se quedará sin más diez armas de fuego y munición que poseía ilegalmente.
El ahora sentenciado fue acusado a partir de su interacción con un agente encubierto del Servicio de Fauna Silvestre y Pesca (FWS) de Estados Unidos con quien trató por más de dos años de la compra y venta de partes de animales de especies protegidas.
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En sus comunicaciones con el agente dijo que poseía una variedad de partes de leones, tigres, leopardos, jaguares, rinocerontes y elefantes, le envió fotografías de su colección particular y le confió su lista de deseos para engrosar sus posesiones, según un comunicado del Departamento de Justicia.
En mayo de 2019 viajó a Texas y se reunió con agentes encubiertos a los que les compró por más de 9.700 dólares en efectivo una serie de partes de animales salvajes, que se llevó con él a Florida.
Después, con una orden de allanamiento de un juez, requisaron en su residencia su colección y las armas que no podía poseer por haber sido condenado anteriormente por un delito federal.
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“Esta sentencia envía a los traficantes de vida salvaje el claro mensaje de que estamos dispuestos a identificar y capturar a todo aquel que explote especies protegidas en su beneficio”, dijo Phillip Land, agente especial de FWS.
El tráfico ilegal de fauna salvaje genera entre USD 7.000 y 23.000 millones al año en todo el mundo, según organismos especializados.