11 nov. 2024

“Por decir que se discriminaba al idioma guaraní tuve una orden de captura”

David Galeano Olivera es el fundador y presidente del Comité Ejecutivo del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní y licenciado en Lengua Guaraní. Relata los desafíos que tuvo lo largo de su vida para enseñar el idioma nativo en el país.

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Renato Delgado


Me llamo David Galeano Olivera tengo 63 años y soy de la ciudad de Asunción. Actualmente, soy profesor titular de la Universidad Nacional de Asunción, docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales como de la Facultad de Filosofía. Soy fundador y presidente del Comité Ejecutivo del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní y licenciado en Lengua Guaraní (UNA), como también en Antropología Cultural Guaraní y paraguaya.

Desde niño aprendí el idioma guaraní porque mis dos padres son hablantes y nos comunicábamos solo en nuestro idioma nativo. Mi padre es oriundo de Caazapá y mi mamá de Itapúa. Yo nunca olvido que mi mamá me contó que a los pocos meses de haber nacido, por problemas de trabajo tuvimos que irnos a vivir al interior nuevamente en la ciudad de Yuty. En mi escuela todo el desarrollo fue completamente en guaraní. Mi problema fue grande al regresar a Asunción porque en la escuela no podía entender las clases porque yo era guaraní hablante y en la capital solo enseñaban en castellano. Actualmente, esto continúa siendo una realidad para los niños indígenas y la gente que viene del interior para estudiar en la capital.

Pasión por el guaraní

Hoy en día estoy cumpliendo 50 años vinculados a guaraní oficialmente y me enorgullece contar mi travesía desde que inicié con el estudio de nuestra lengua nativa. Yo empecé en el año 1973 cuando mi padre me había anotado a la clase de Lengua Guaraní en el Colegio Nacional de la Capital. Cursaba en el turno de la tarde y había cinco secciones, dos de ellas tenían como idioma principal el inglés, otras dos secciones tenían como idioma el francés y había solo una que era de guaraní y como mi padre era un fanático del idioma, me dijo que me inscribiera. Estudié durante seis años el idioma guaraní en esa institución y luego tuve la oportunidad de conocer y trabajar con el legendario Pedro Moliniers, que fue nuestro profesor. Recuerdo que habíamos empezado 52 alumnos y terminamos el curso solamente 11.

Posteriormente, tuve la suerte de ser el fundador de la Academia de Lengua Guaraní del Colegio Nacional en el año 1978 y en 1979 fui presidente de dicha academia. Terminé el colegio y estudié un año más para ser profesor del idioma sumado a los seis años que ya tenía de estudios. Terminé el profesorado muy joven a los 19 años. Seguidamente, me fui con el profesor Moliniers a la Facultad de Filosofía al Instituto Superior de Lenguas, donde empecé la Licenciatura en Lengua Guaraní. En ese momento, era la única carrera de Guaraní a nivel universitario en el Paraguay. En el año en 1985 nos tocó formar el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, que es una institución que reunía en ese momento a licenciados en Lengua Guaraní, a estudiantes de la carrera y a la gente simpatizante del idioma. Nuestra institución va a cumplir este 23 de setiembre 39 años de haberla fundado.

Desafíos

Fue todo un desafío hablar y enseñar la lengua guaraní porque se convirtió en un arma estratégica en la guerra y por ello pasó a ser un peligro para las fuerzas contrarias. A consecuencia de ello, es que culminada la Guerra Grande en 1870, una de las primeras medidas adoptadas por las tropas de ocupación fue la prohibición del uso de la Lengua Guaraní, sobre todo en las escuelas y simultáneamente se desarrolló una campaña de degradación de nuestro idioma nativo. De esa época viene la palabra “guarango”, que es un término despectivo, equivalente a “ignorante”, “burro”, “campesino”, entre otros.

Un momento muy difícil y crítico en mi vida fue en el año 1987 cuando realizamos el Segundo Seminario Nacional sobre Análisis del Bilingüismo Paraguayo y dimos a conocer las conclusiones que entre otras cosas señalaban la discriminación del Idioma Guaraní por parte del Ministerio de Educación, en aquel entonces el ministro de Educación de la dictadura stronista era Carlos Ortiz Ramírez, bautizado Ñandejára Taxi, quien solicitó un informe minucioso acerca de mi persona y le agradezco al Lic. Almidio Aquino que haya pasado un informe positivo a aquel ministro. Sin embargo, unos días después se libró una orden de captura de mi persona a la Policía por decir que el Gobierno de entonces discriminaba el guaraní y concluyeron que yo era “comunista”. Afortunadamente, se logró truncar esa orden.

Finalmente, en el año 1994 logramos la oficialización de la Lengua Guaraní, y la implementación de la enseñanza bilingüe (Guaraní-Castellano), en la educación paraguaya desde el Primer Grado de la Educación Escolar Básica.

Me di cuenta de que en el propio Paraguay el guaraní fue perseguido, reprimido, y castigado. Cuando terminó la guerra, la población siguió hablando más guaraní y la población rural fue muy fuerte hasta la década del 80. Allí es cuando comienza la gente rural a urbanizarse, hoy tenemos una menor población rural, pero nuestro idioma guaraní sobrevivió. Actualmente, se calcula que en el Mercosur somos 11 millones de guaraní parlantes.

Con el correr de los años hubo un cambio radical en la actitud de la gente y es impresionante el aprecio actual que se le tiene a nuestro idioma, más allá de lo que siempre se escuchaba por allí, que no es bueno, que “uno no va a llegar a ningún lado con el guaraní”. Hoy creo que hay un despertar porque se nota eso en el mundo de nuestros artistas, de los empresarios y en los medios de comunicación. Nuestros profesores que formamos hoy le hablan a los niños en guaraní, le enseñan canciones paraguayas y le ayudan a recuperar parte de esta identidad paraguaya que en muchos casos, inclusive estuvo un peligro.

Sistema de educación

Han pasado 30 años de esta lucha con luces y sombras y sobre todo, con quejas de parte nuestra del modelo que el Ministerio de Educación está aplicando porque creemos que no es el correcto. Nosotros los propios docentes sabemos que hay formas más lingüísticas y prácticas de aprender y creo que es fundamental aprender a hablar, dejando un poco más al costado el tema de la gramática. La sociedad democrática es cuando todos nos integramos, pero en este momento, el sistema solo funciona en castellano que es un idioma extranjero. Creemos que a nivel educacional este es un paso que todavía tenemos que lograr y queremos que la gente se pueda formar en su propia lengua nativa.

Con el correr de los años me di cuenta que hubo un cambio radical y un despertar en la actitud de la gente y es impresionante el aprecio actual que se le tiene a nuestro idioma.

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