–¿Cómo se tomó la noticia de que reconocidos empresarios de Pedro Juan Caballero y Ponta Porã cómo Antonio Joaquim da Mota y Felipe Cogorno aparezcan involucrados en la investigación federal sobre el esquema de lavado de dinero del caso Messer, presos o con orden de prisión por la Justicia brasileña?
–Aquí ya sabíamos hace tiempo que Darío Messer, al igual que otros cambistas y comerciantes, venían operando financieramente. Te hablo de actividades que ya se realizaban desde la década de los años 80. Siempre hubo ese contacto de actividades financieras, inclusive con casas de cambio de personas muy conocidas. No hubo problemas hasta que apareció la investigación en el Brasil sobre el caso Lava Jato, cuando surgieron estas acusaciones. Realmente fue una sorpresa para toda la ciudadanía de Pedro Juan que aparezcan involucrados. Con esto no digo que ellos sean inocentes o no.
Aquí siempre hubo mucho movimiento financiero de todo tipo y desde esa época ya se escuchaba el nombre de Darío Messer como alguien con quien mucha gente de Pedro Juan Caballero tenía relacionamiento financiero en el ámbito de cambios de monedas, de remesas de dinero y de otras clases de operaciones financieras.
–¿En qué año exactamente Dario Messer empezó a operar en la zona de Pedro Juan Caballero?
–Aproximadamente en 1984 o 1985. Su nombre empezó a sonar fuerte en los círculos financieros y empresariales, aunque probablemente él no aparecía de forma visible, pero su nombre se mencionaba mucho, relacionado especialmente a una casa de cambios muy famosa en la época.
–¿Usted prefiere no mencionar que esa casa era Cambios Amambay, que según el expediente de la Policía Federal brasileña sobre el Operativo Patrón fue fundada en los años 80 por Darío Messer, junto con Horacio Cartes?
–Esa es una historia ampliamente conocida. Yo no tuve conocimiento de que se involucre también a otra gente, pero el nombre de Darío Messer sonaba fuerte. Y ahora mucho más, después del Operativo Lava Jato.
–¿Fue una sorpresa para usted enterarse de que, según el expediente de la Fiscalía brasileña, Darío Messer estuvo prófugo y escondido varios meses aquí en Pedro Juan y en Ponta Porã, en propiedades de Antonio Joaquim da Mota?
–A mí nunca nadie me comentó que él estaba oculto por aquí. Sí había sospechas de que podía estar por la zona, pero no supe de que alguien lo haya visto y comprobado públicamente en ese momento. En las reuniones privadas se comentaba.
–¿También se comentaba que Messer incluso se habia sometido a una cirugía estética en una clínica del centro de Pedro Juan, frente a la sede de la Gobernación?
–Lo que supimos es lo que trascendió a través de la prensa local. Se comentó que eso había ocurrido, hasta se decía en dónde y con quién se sometió a esa operación, pero no se pudo confirmar.
–¿Se está volviendo habitual que personalidades que aparecen como exitosos empresarios de la frontera, dirigentes de gremios ganaderos o industriales, de pronto aparezcan acusados de participar en actividades ilícitas y procesados por la Justicia del país vecino?
–Muchos no miden las consecuencias que sus actos pueden ocasionar. Muchas de estas personas eran humildes, que luego a través de estas actividades ilícitas llegaron a ser potentados, dueños de casas de cambio, de empresas. Nunca habrán pensado que con los recursos de la tecnología podían ser descubiertos, y aparecer en estos expedientes judiciales, pero aquí el movimiento es muy grande en el ámbito financiero, es por eso que toda esta región es muy apreciada por los miembros del crimen organizado, por la facilidad que existe para lavar dinero, para realizar operaciones financieras ilícitas. Hay mucha gente que fue beneficiada, pero también hay muchos que han quebrado, que han sido asesinados. No podemos negar que hay toda una red de lavado de dinero muy grande. Antes yo incluso denunciaba en forma permanente a las casas de cambio, y eso me valió pronunciamientos de un presidente de la Asociación de Cambistas del Paraguay, como que quería perjudicar la actividad. Hoy se comprueba que la mayoría de las casas de cambio están fuertemente ligadas al lavado de dinero y están al servicio del crimen organizado.
–Ahora el Paraguay está bajo examen del Gafilat y aprobando nuevas leyes contra el lavado, ¿cree que la situación en la frontera pueda cambiar con eso?
–Va a tener que ir cambiando de a poco. No creo que el cambio sea inmediato, pero tendrá que ir avanzando. Casi cada semana en la Cámara de Diputados estamos aprobando nuevas leyes sobre el lavado, ya que nos vienen con la amenaza de que, si esas leyes no se aprueban, el Paraguay entrará de nuevo en la lista gris. Es importante que haya esa presión. Realmente el lavado de dinero es casi tan fuerte como el narcotráfico. De hecho, uno no puede existir sin el otro. Si hay narcotráfico, es porque también hay mucho lavado de dinero.
–¿Los fiscales y jueces paraguayos no ven el delito, como sus pares en Brasil?
–Aparentemente no. En el expediente del Lava Jato hay muchos datos que ellos deberían investigar. Aparecen nombres de casas de cambio y de cambistas en el Paraguay en forma muy concreta, no puede ser que nuestros fiscales no investiguen.
–Que los dueños de Shopping China o Frigonorte estén involucrados en el caso Messer, ¿repercute en la economía de la región?
–Hay que ver que repercusión puede tener. Ellos tienen que aclarar su situación con la Justicia. Si salen sobreseídos, enhorabuena. De lo contrario, esto servirá para que las actividades en la frontera puedan tomar otro rumbo. Que haya mayor control y menos evasión. El lavado de dinero, al igual que el contrabando y la evasión de impuestos, es un gran perjuicio para el Estado. Las casas de cambio aseguran que operan legalmente pero su operación legal es pequeña, solo de fachada, por detrás hay un enorme movimiento de dinero en negro. “Nosotros trabajamos legalmente, el BCP nos controla” argumentan, pero por detrás se mueve una gran caja negra de millones y millones de dólares.
el impacto del lavado en la política / ENTREVISTA A ROBERT ACEVEDO
Si (Da Mota y Cogorno) salen sobreseídos, enhorabuena. De lo contrario, esto servirá para que las actividades en la frontera puedan tomar otro rumbo.
Que haya mayor control y menos evasión. El lavado de dinero, al igual que el contrabando y la evasión de impuestos, es un gran perjuicio para el Estado.