Las manifestaciones, que reunieron multitudes, principalmente en las grandes ciudades como Sao Paulo y Río de Janeiro, fueron convocadas por 21 partidos políticos, diez centrales sindicales y las decenas de movimientos sociales como los Sin Tierra y los Sin Techo aglutinados en los frentes Brasil Popular y Povo Sem Medo (Pueblo Sin Miedo).
Pese a que las banderas rojas de los grupos de izquierda fueron mayoritarias en las marchas, a las mismas se unieron por primera vez, aunque tímidamente, las de formaciones de centro, como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del expresidente Fernando Henrique Cardoso, y del Partido Democrático Laborista (PDT), del exministro Ciro Gomes, que fue el tercer candidato más votado en las presidenciales de 2018.
Aunque los organizadores se esforzaron para intentar darle un carácter suprapartidario a las manifestaciones y acoger a los militantes de centro, la gran mayoría no escondió su preferencia por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, principal rival político de Bolsonaro y que lidera con amplia ventaja todas las encuestas de intención de voto para las presidenciales del 2 de octubre de 2022.
De acuerdo con los últimos sondeos, el líder socialista, con 44% de la intención de voto, derrotaría sin necesidad de una segunda vuelta a Bolsonaro (26%), que ha admitido que aspira a ser reelegido, sin que ningún otro candidato supere el 10% del favoritismo. Los partidos de centro y la derecha más moderada, por lo mismo, buscan una tercera vía y una candidatura viable que ponga fin a la actual radicalización política en Brasil. Pero la necesidad de manifestar su oposición y su total rechazo al Gobierno de Bolsonaro fue más fuerte este sábado y terminó uniendo a los diferentes sectores de la oposición.
“Exigir el juicio político destituyente y la prisión del criminal que nos gobierna es imperativo para que podamos volver a discutir lo que importa: Empleo, desarrollo y reducción de las desigualdades”, afirmó Ciro Gomes, nuevamente pensando en disputar la Presidencia y que participó en la manifestación de Río, al aclarar que la prioridad del país es desalojar a Bolsonaro del poder para después pensar en elecciones.
“Bolsonaro no respeta la democracia ni la constitución. Él no quiere elecciones porque sabe que será derrotado si no es destituido antes. Es el momento de que creemos un frente amplio y que juntemos fuerzas contra el fascismo. Sobre candidaturas conversaremos después”, dijo, también en Río de Janeiro, la diputada Jandira Feghali, dirigente del Partido Comunista do Brasil.
Entre las múltiples reivindicaciones de los diferentes grupos en las diferentes ciudades, el lema común que aglutinó a izquierda y centro fue “fuera Bolsonaro”.
Las manifestaciones, que reunieron multitudes, principalmente en las ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, fueron convocadas por partidos políticos y diversas organizaciones.