En comunicación con ULTIMAHORA.COM el doctor Alfredo Boccia manifestó que el atentado tuvo un efecto sicológico, no político, ya que el quirúrgico ataque perpetrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) suponía una fragilidad del esquema represivo y de inteligencia del aparato stronista.
“Fue un golpe muy grande, porque por primera vez Stroessner parecía vulnerable, tenía un sistema de seguridad que no era tan perfecto había sido”, aseguró Boccia, quien explicó que el régimen reaccionó aplicando el terror.
Las primeras hipótesis ya apuntaban a un grupo armado proveniente del extranjero como presunto autor del atentado, esto debido a que en Paraguay no existían grupos armados con esa fuerza. Los últimos grupos habían sido eliminados en el año 1976. “La Policía decía: ‘Los paraguayos no van a hacer esto, los paraguayos no somos así'", expresa Boccia.
Los autores del asesinato. El Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fue un grupo guerrillero argentino de orientación marxista, que armó una célula en Paraguay con apoyo nicaragüense, encabezado por el marxista revolucionario argentino Enrique Haroldo Gorriarán Merlo (alias Ramón).
Según Boccia el ERP pudo gestar todo este atentado sin que el Gobierno se dé por enterado, gracias a que no existían antecedentes de este tipo de hechos en nuestro país. “La Policía no estaba preparada para este tipo de cosas, ni siquiera el mismo Somoza se lo esperaba” expresó el analista.
Se extendió el temor
También el temor se extendió por todo el país, debido a que se desconocían los autores del homicidio. El pánico colectivo se instauró en la ciudadanía, que vivía por primera vez un atisbo de vulnerabilidad en el Gobierno de ese entonces.
“En la población tuvo un efecto de miedo colectivo, se volvieron a instalar los llamados operativos rastrillo, que no se hacían hacía mucho. Si encontraban alguien o algo sospechoso, se lo llevaban. Reaccionó con manotazos desconexos”, explicó el analista político.
Embed
Alfredo Boccia Paz, analista político.
Recordó que Stroessner aprovechaba este tipo de circunstancias para golpear círculos concéntricos, primero a los presuntamente involucrados, luego a los probables amigos, y así a otras organizaciones. “Fue así que Domingo Laíno terminó expulsado 5 años. Él no tenía nada que ver”, precisó.
Por otra parte, Boccia indicó que el atentado que mató a Somoza fue el último incidente violento durante la dictadura, antes de la caída del stronismo, ya que ese mismo año (1980) se había producido la represión de 10 dirigentes campesinos en la zona de Caaguazú.
Recordó que pese al fracaso del equipo de seguridad, Stroessner no cambió a su jefe de Policía ni al de Investigaciones, ni a su ministro de Interior. "Él no cambiaba. Tambalearon, se rumoreaba que se le iba a echar, pero no pasó nada”, precisó.
A criterio de Boccia esta fecha es importante no solo para Paraguay, sino para la historia de Latinoamérica, porque Somoza fue un dictador que llevó a su país a una guerra civil. Tras los grandes hechos de corrupción perpetrados en su Gobierno, cuando fue expulsado tras la revolución sandinista, ningún país lo quiso recibir, excepto Paraguay, donde él se sentía absolutamente seguro porque en Paraguay no pasaban estas cosas.