A fines del 2018, el Banco Central del Paraguay (BCP) había estimado un crecimiento de la economía para 2019 del 4%. Sin embargo, a medida que transcurría el año, las expectativas iban disminuyendo.
El pronóstico de la banca matriz pasó de 3,2% en abril, a 1,5% en julio y a 0,2% en octubre. Este incremento será el menor de los últimos siete años.
El producto interno bruto (PIB) es un indicador que permite medir la magnitud económica de un país, así como su evolución a lo largo de los años.
La economía paraguaya creció en torno a un promedio anual de 4,5% anual durante los últimos periodos, según datos del Banco Mundial, lo que se traduce en un 53% de incremento durante la última década.
Empero, este 2019 no ha sido el mejor de los años en materia económica.
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Los números negativos de los primeros meses
La economía paraguaya depende en gran parte de la agricultura y ganadería, por lo que las incidencias del clima son preponderantes. La caída en estos sectores es una de las razones principales por las que Paraguay registró retracciones en dos trimestres consecutivos durante el 2019.
El economista y ex ministro de Hacienda César Barreto explica que esto se debe a los efectos que tuvo la sequía de finales del 2018, sobre todo en la producción y cosecha de soja.
Además, este fenómeno impactó en la en la producción de energía eléctrica por parte de las binacionales, Itaipú y Yacyretá.
Luego de la sequía, vinieron las lluvias. Barreto dijo que el exceso de precipitaciones afectó la ejecución de los proyectos de construcción, tanto en el sector público como privado.
Finalmente, señaló que el impacto de la profundización de la recesión en Argentina y la depreciación del peso, así como del real brasileño, afectaron negativamente las ventas fronterizas.
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A todos estos factores se sumó una reducción en el precio internacional de la soja y la carne en un 10%, aproximadamente, respecto al observado el año anterior. La exportación de proteína roja además se vio afectada directamente por los inconvenientes de los frigoríficos Chortitzer y Concepción.
“Todo lo que podía venir mal se concentró en el primer semestre de este año y tuvo un efecto muy pronunciado en la actividad económica y comercial”, aseguró César Barreto.
Las medidas adoptadas por el Gobierno
Según Barreto, el Gobierno actuó en dos frentes: por un lado, el Banco Central del Paraguay (BCP), advertido por los efectos de la sequía en la soja, bajó las tasas de interés desde febrero; y por otro, aplicó medidas para facilitar la refinanciación de deudas del sector productivo y liberó la utilización de encajes (porcentaje de dinero de un banco que debe ser mantenido en reservas líquidas).
Asimismo, la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) anunció la disponibilidad de una línea de refinanciación a largo plazo para entidades financieras. A principios del mes de junio, el Ministerio de Hacienda y el Equipo Económico Nacional anunciaron un programa de reactivación.
Estas medidas permitieron que, a partir del mes de julio, se registre un repunte en las ventas y en la actividad económica que continúa hasta ahora.
César Barreto resalta que es “difícil” anticipar lo que sucederá con el clima, lo que limita las acciones preventivas.
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“Todas las medidas que tomó el Ministerio de Hacienda le imposibilitó cumplir con el tope de déficit fiscal del 1,5% del PIB y tuvo que pedir al Congreso la autorización para activar la cláusula gatillo para elevar el déficit al 3%, que finalmente fue aprobado por los parlamentarios”, destacó.
Plan de contingencia
Barreto cree que para los próximos años es necesario prever un plan de contingencia que se ejecute solo en casos de recesión o crisis por shocks internos o externos, para de esta manera minimizar sus efectos en la actividad económica del país.
El ex ministro de Hacienda calificó como “positivas” las medidas adoptadas por el Poder Ejecutivo ante la retracción de la economía.
“Fueron medidas acertadas considerando la flexibilidad y las restricciones con las cuales operan la política monetaria y la política fiscal. Fueron efectivas para lograr impulsar la reactivación que actualmente está en marcha. Esperemos que el clima nos acompañe en la próxima cosecha, para que se restaure nuevamente el crecimiento económico del país”, apuntó.
Lo que se viene para el 2020
El economista y ex ministro de Hacienda César Barreto señala que, con miras al 2020, “es fundamental sostener el ritmo de ejecución de las inversiones públicas y privadas en infraestructura y las tasas de interés en los niveles actuales, por lo menos hasta mediados del 2020”, a fin de que la reactivación no pierda su ritmo.
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“Si el clima viene mal, será necesario un impulso fiscal y financiero adicional, para minimizar el impacto en los demás sectores económicos. El Equipo Económico deberá hacer una evaluación de la situación a mediados de febrero y actuar de manera inmediata en la gestión parlamentaria para disponer de los instrumentos necesarios en tiempo y forma”, adelantó.
El pasado mes de octubre, la Fundación Desarrollo en Democracia (Dende) vaticinó una suba de 4% para el 2020, con una fuerte recuperación que vendrá de la mano de los sectores agropecuarios y energía.