La NASA envió a Júpiter la sonda espacial Juno en 2016 para investigar los orígenes del planeta más grande del sistema solar, que se caracteriza por su tormentosa atmósfera.
Con la llegada de la sonda espacial fue posible ver de cerca los polos jupiterianos por primera vez, donde se observaron tormentas distribuidas en forma poligonal perfecta. Esto no tenía explicación.
Sin embargo, unos astrónomos de la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos, lograron encontrar, mediante simulaciones numéricas de los ciclones, un conjunto de condiciones bajo las cuales las tormentas pueden permanecer estables durante largos periodos de tiempo sin convertirse en una única tormenta gigante.
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Los hallazgos revelan que el fenómeno de la forma poligonal obedece a dos factores, publicó Sputnik este viernes.
El primero es la profundidad del ciclón, es decir, hasta dónde llega en la atmósfera joviana. Si fuera demasiado superficial, las tormentas se fusionarían.
Pero el mayor responsable de la forma de los ciclones de Júpiter es un fenómeno conocido como blindaje de vórtices. Es decir, los vórtices, que en este caso son los ciclones de Júpiter, están rodeados por un anillo que se mueve en la dirección opuesta a la suya.
“Si este blindaje es demasiado débil, las tormentas se fusionarían. Si es demasiado poderoso, la tormenta y su blindaje se separarían entre sí, lo que resultaría en un completo desastre tormentoso”, detalló Science Alert.
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Esto significa que, para mantener su formato, tanto la profundidad de los ciclones como la fuerza de sus blindajes de vórtice deben ser correctas, concluyó el estudio.
Sin embargo, los científicos todavía tienen muchas preguntas sin respuesta, por lo que profundizarán la investigación.
“No exploramos aún cómo se forman los ciclones, si se forman en el lugar o se desplazan hacia arriba desde latitudes más bajas. Además, no explicamos cómo se mantiene el estado estable, es decir, por qué la cantidad de ciclones no aumenta con el tiempo. Asimismo, no determinamos cómo se desarrolla el blindaje o por qué solo se blindan los vórtices jovianos”, explicaron los autores.