“Es indispensable frenar la violencia. Hay que encontrar soluciones”, clamó Moreno después del llamado de la dirigencia a radicalizar las acciones tras el fracaso de una primera tentativa de diálogo a instancias de la ONU y la Iglesia católica. “Hago un llamado a los dirigentes a dialogar directamente conmigo”, enfatizó.
El movimiento indígena rechazó ayer el ofrecimiento del presidente Lenín Moreno de sostener un diálogo directo para resolver la crisis que estalló por los ajustes económicos pactados con el FMI.
Los manifestantes lanzaron piedras y pirotecnia a los uniformados que respondieron con gas lacrimógeno y proyectiles de goma. Vehículos antimotines avanzaron sobre encapuchados que llevaban lanzas y escudos de madera.
“¡Asesinos!”, gritaron los indígenas. Fotógrafos registraron el traslado de heridos en camillas improvisadas por los manifestantes. También otras imágenes captaron a indígenas trepando por edificios públicos, mientras militares se atrincheraban a las afueras de la Asamblea Legislativa.
Desde que estallaron protestas hace 10 días han muerto cinco civiles y se registran unos 2.000 heridos y detenidos, según la Defensoría del Pueblo. Los choques recrudecieron con la llegada a la capital de indígenas de la Amazonía armados con lanzas.
Moreno, que días antes se mostró confiado en un pronto arreglo, sigue la crisis desde el puerto de Guayaquil, adonde trasladó la sede de gobierno después de declarar el estado de excepción y enviar las Fuerzas Armadas a contener las protestas. El descontento social con sus reformas económicas sumió en una espiral de caos a Quito e interrumpió el transporte de petróleo –la mayor fuente de divisas– por el principal ducto a causa de la ocupación de pozos en la Amazonía. Además del fin de subsidios, las medidas prevén recortar derechos a empleados públicos.
Washington, a través del secretario de Estado Mike Pompeo, apoyó al presionado gobierno ecuatoriano y sus necesarias reformas. “Reconocemos las decisiones difíciles tomadas por el gobierno de Ecuador para promover un crecimiento económico duradero”, añadió el responsable.
La Conaie exige que los ajustes sean derogados. “A los países que firmaron acuerdos con el FMI les fue mal”, dijo Diego De la Vega, un universitario de 24 años que se sumó a las protestas indígenas.