Refiere sobre la importancia de advertir a los jóvenes con relación a los peligros en las redes sociales y las medidas que tienen que tomar en caso de que alguien les pida fotografías o imágenes íntimas.
Esta unidad recoge reportes con relación a las redes. Estos datos llegan a través del Centro Nacional para Niños Desaparecidos y Explotados (Ncmec), desde EEUU.
Además, la Unidad contra la Trata y la Explotación Sexual Infantil registra las denuncias. En el 2019 ingresaron 916 casos de pornografía.
Llano advierte que se necesita educar a los niños y adolescentes para que ellos puedan detectar cuando están ante un pedófilo y también para que denuncien.
“La pornografía es considerada un delito informático, porque se capta a la víctima a través de internet”, aclara.
El oficial primero Guido Roa, del Departamento contra el Cibercrimen de la Policía Nacional, señala que “las personas tienen acceso a datos y fotografías, porque las redes delatan todo lo que estamos haciendo. Ahora que estamos de vacaciones, alzamos fotos de nuestros niños en ropas interiores y eso para los pedófilos es muy tentador”.
Con esto refiere que es importante ver las medidas y políticas de privacidad en redes de lo que compartimos.
Menciona que levantar fotografías de niños es muy delicado, porque existen cuentas falsas desde donde captan información acerca de sus posibles víctimas.
“Un pedófilo crea un perfil falso de un niño de la misma edad de la posible víctima, sabe qué le gusta, qué hora sale de la escuela y eso usa a su favor para captar la atención”.
Refirió que el grooming –acoso de menores por internet– tiene como objetivos, el de crear pornografía, secuestro u ofrecimiento satánico.
Juan José Parra, de Global Infancia, que también busca crear conciencia sobre las redes, menciona que un niño que tiene un celular está expuesto a cualquier situación.
“Hoy, cada vez, a menor edad se les dan dispositivos a los chicos, cuando apenas tienen capacidad de agarre. Ellos ingresan a lugares que el padre no autoriza”, apunta.
Hay veces que los adultos obvian las situaciones de peligro a las que están expuestos los chicos, pero por desconocimiento, –considera–, ya que no saben los sistemas de seguridad de las redes.
“Falta tomarnos unos 5 a 10 minutos para mirar qué tipo de videos o páginas estoy dando a mis hijos”, concluye Parra.