Aleix Espargaró, que el miércoles vivió en primera persona un espectacular recibimiento en el aeropuerto de esta localidad al noroeste de Buenos Aires junto a su hermano Pol y los pilotos oficiales de Yamaha, el italiano Valentino Rossi y el español Jorge Lorenzo, quienes tuvieron que ser escoltados por la policía para poder salir del mismo, no ha comenzado con buen pie la carrera argentina.
Espargaró llegó a primera hora de la mañana a la oficina que tiene su equipo en el circuito de Termas de Río Hondo y dejó allí su ordenador y enseres personales para dar una vuelta de reconocimiento al trazado, en el que no fue uno de los afortunados que rodó el pasado año para realizar una pequeña prueba de la pista, y cuando regresó a la misma se encontró con que le habían sustraído el maletín en el que llevaba todo. Sólo le dejaron el pasaporte y un libro.
Tampoco lo ha empezado demasiado bien el ex subcampeón del mundo de los 250 c.c. en 2004, el argentino Sebastián Porto, quien además de disputar esta carrera participa en el Campeonato de España de Velocidad de 2014 al completo, pues su moto se vio retenida durante varios días en la aduana de Buenos Aires y hasta hoy no recibió el visto bueno de las autoridades para llegar hasta Termas de Río Hondo.
Porto comentó sobre la pista que es un trazado muy rápido, algo en lo que también coinciden otros pilotos y que por tanto podría enjugar las diferencias que hasta ahora existen entre las Honda y las Yamaha de MotoGP.
Los 4.805 metros del recorrido tienen un total de catorce curvas, nueve a la derecha y cinco a la izquierda, pero ninguna de ellas en de corta velocidad, lo que en principio favorece a las motos con menos chasis y menos aceleración, que pueden responder más rápido.
La expectación en Termas de Río Hondo es impresionante y al inusual recibimiento que tuvieron tanto Valentino Rossi, auténtico ídolo local, como Jorge Lorenzo, se sumó el revuelo que se produce en la localidad cada vez que los aficionados reconocen a alguno de los pilotos, literalmente “asaltados” para conseguir una foto o un autógrafo y que en el caso del italiano y de los pilotos de Repsol Marc Márquez y Dani Pedrosa obligó anoche a intervenir a la policía.
Tanto Rossi como Márquez y Pedrosa estuvieron literalmente rodeados por aficionados en el restaurante en el que acudieron a cenar y tuvieron que avisar desde el establecimiento a la policía para que pudiesen abandonar el mismo de regreso a sus alojamientos.
Márquez acudió al establecimiento para darle una sorpresa a su hermano Alex, que el 23 cumplió 18 años y quería celebrarlo tanto con él como con su padre Juliá y allí coincidieron con el resto de pilotos, que al ser reconocidos por los aficionados, comenzó a formarse un tumulto en la calle que obligó a intervenir a la policía, que estableció un cordón de seguridad para que todos pudiesen regresar a sus hoteles sin problemas y escoltados, a diario, por la policía.
