- EFE
- WASHINGTON
Estados Unidos vivió el martes una jornada de lo más convulsa tras la filtración de un borrador de sentencia del Tribunal Supremo que de salir adelante eliminaría la protección al aborto vigente desde 1973 y permitiría a los estados prohibir las interrupciones del embarazo; una práctica cuestionada por los movimientos de defensa de la vida de los niños y niñas por nacer, y muy promovida por movimientos feministas.
El borrador, publicado por el portal Político a última hora del lunes, cuenta con el apoyo de por lo menos cinco magistrados del Supremo -es decir, de la mayoría de los 9 jueces que lo componen- y su autenticidad fue confirmada el martes por el propio tribunal.
Las reacciones a esta noticia fueron a favor, por parte de los grupos que rechazan la eliminación de los fetos humanos en el vientre, y también de rechazo de parte de otros sectores de la sociedad civil que están a favor de esta acción. Éstos han convocado a protestas en varias ciudades -incluida una en Washington frente al Supremo-.
El presidente Joe Biden adelantó que su Gobierno está preparando una “respuesta” para defender este derecho. “Si esta decisión sale adelante, será algo muy radical”, criticó el mandatario en declaraciones a la prensa, y anunció que ya ordenó a los abogados de la Casa Blanca que preparen “opciones para una respuesta de la Administración al ataque continuo contra el aborto y los derechos reproductivos”.
Biden pide votos
El presidente también aprovechó para hacer un llamamiento a la ciudadanía a acudir a las urnas en las elecciones legislativas de noviembre y votar por candidatos partidarios del derecho al aborto, para así poder sacar adelante en el Congreso una legislación federal que blinde esta cuestión al margen de los tribunales.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, alertó de que el Supremo se dispone a infligir “la mayor restricción de derechos” de los últimos 50 años, no sólo a las mujeres, sino a todos los estadounidenses.
El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, se centró sin embargo en la filtración en sí, que calificó de “ataque a la independencia” de la Corte Suprema y de constituir una nueva escalada de “la campaña de la izquierda radical” para amedrentar a los jueces.
Sobre esta cuestión, el presidente del Supremo, John Roberts, indicó en un comunicado que ya ordenó al alguacil de la Corte abrir una investigación para determinar el origen de la filtración, que tildó de “traición” a la confianza.
Roberts también consideró que la filtración se ha producido con el objetivo de socavar la integridad del funcionamiento de la institución. Aunque se trata de un borrador y por tanto no constituye una decisión final, el documento filtrado sí que apunta a que una mayoría de jueces en el Supremo apuesta por acabar con la jurisprudencia de “Roe contra Wade”, el nombre por el que se conoce la sentencia de 1973 que salvaguarda el derecho a abortar.
Decisión final en junio
La decisión final del tribunal se conocerá en junio, cuando se emita el fallo formal.
“Roe contra Wade” es una sentencia que protege como constitucional el derecho de las mujeres a abortar, impidiendo por tanto a los estados que conforman EEUU prohibir esta práctica.
Antes de la sentencia, en 1973, 30 de los 50 estados del país tenían leyes que prohibían el aborto en cualquier momento de la gestación.
Según la organización sin ánimo de lucro Planned Parenthood, si finalmente “Roe contra Wade” es revocada en junio, hasta 21 estados podrían volver a prohibir completamente el aborto.
En este sentido, cabe matizar que una hipotética revocación de la sentencia de 1973 no prohibiría el aborto en todo el país, sino que levantaría la protección a este derecho, de manera que los estados denominados “pro vida” tendrían la libertad de prohibirlo.