Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), advirtió que los precios mantienen una tendencia descendente por tercer año consecutivo.
Detalló que en 2023 cayó significativamente, pasando de USD 520 a USD 370 por tonelada; en 2024 llegó a unos USD 350, mientras que para el 2025 las proyecciones apuntan a USD 340 o incluso USD 330, consolidando la tendencia.
Según dijo, aunque la caída no es tan abrupta como la de 2023, los valores continúan disminuyendo y no se avizoran mejoras para este periodo, lo que afecta las expectativas de los productores, sumado al momento de incertidumbre que ya se vive con algunas pérdidas por zonas, a causa de la falta de lluvias y las elevadas temperaturas.
Costos productivos. Además, Cristaldo destacó que los costos de producción siguen altos, debido al incremento en los precios de insumos como los fertilizantes.
“Caída fuerte en el 2023 y caída gradual en el 2024, pero no se ven síntomas de mejora todavía. Además, los costos están más altos. En el 2022 comenzaron a subir los costos de los fertilizantes, los insumos. Estamos en un escenario de costos de producción altos, el precio a la venta desinflado y ahora el clima que está afectando al rendimiento, entonces, todas las expectativas sobre el precio no están bien, pero vamos a tratar de sacar el máximo para poder ganar algo”, apuntó.
Este escenario de altos costos y precios debilitados se ve agravado por la presión de la producción récord en EEUU y Brasil, que incide directamente en el mercado global. Sin embargo, los resultados finales también dependerán del impacto del clima y del comportamiento de compradores como China, afirmó a su vez.
“Cada productor debe analizar cuándo vender y priorizar cubrir sus deudas. El sur de Brasil y Paraguay somos los que estamos en este momento con dificultades, pero todavía no está definido nada”, sostuvo, recordando que el mercado está regido por la oferta, la demanda y los precios de la bolsa de Chicago.
EEUU. En cuanto a la asunción de Donald Trump en EEUU, que se concreta hoy, señaló que todo dependerá de la relación que tenga el país norteamericano con China. “Si China deja de comprar en Estados Unidos y compra en el sur, pues ahí sí habrá cambios en el escenario, pero todavía son todas especulaciones. Lo cierto es que los precios están flojos, están menos que el año pasado, estamos con signo de interrogación en cuanto a la producción”, concluyó.
perspectivas internacionales. Los analistas a nivel internacional advierten también que el mercado se enfrenta a una presión bajista, con una caída de casi USD 73 por tonelada en los últimos seis meses en Chicago, pero derivado también de otros factores globales.
Según un análisis realizado por el medio argentino Clarín, uno de ellos es la debilidad económica en China, que redujo la demanda de harina de soja, cuyos precios cayeron a mínimos no vistos desde 2020.
Menciona también la fortaleza del dólar estadounidense como un factor que afecta la competitividad de las exportaciones desde EEUU.
Además, las condiciones climáticas favorables en Brasil y otros países sudamericanos anticipan una cosecha récord de más de 20 millones de toneladas adicionales, generando una sobreoferta global.
La incertidumbre política en EEUU también es un factor clave, como ya lo describía Cristaldo, ya que podría añadir volatilidad, mientras que las políticas relacionadas con biocombustibles generan dudas en los mercados.
En contrapartida, la demanda interna en EEUU permanece firme, y se espera una reducción de hasta 1,2 millones de hectáreas para esta campaña, lo que podría equilibrar la oferta futura.
Sudamérica. Mientras Brasil avanza hacia una cosecha récord, algunos productores en Argentina y otros países de la región ya enfrentan desafíos de sequía que podrían afectar la producción, tal como ocurre en Paraguay.
Pese a esta presión bajista, los precios de la soja en 2025 podrían mantenerse relativamente estables, respaldados por una demanda interna sólida en EEUU y posibles ajustes en la oferta global. No obstante, la volatilidad derivada de factores climáticos, políticos y económicos seguirá siendo una constante.
El último reporte de la consultora internacional StoneX detalla que la comercialización de la zafra 2024/25 de soja local está rezagada, con apenas 20% comprometido, a diferencia de la zafra 2023/24, que logró cifras récord de exportación, superando el 50% en comparación a años anteriores. En paralelo, el comportamiento del basis (diferencia con el precio a futuro) muestra importantes descuentos. En Paraguay, los precios alcanzaron niveles de -50 USD por tonelada, presionados por las expectativas de una buena cosecha en Sudamérica. A pesar de esto, los contratos para enero y marzo de 2025 en Chicago permanecen relativamente estables. Según datos de Soybean Futures Quotes, los futuros de la soja (contratos financieros para comprar o vender una cantidad de soja a un precio predeterminado en fecha futura) para marzo cerraron recientemente en 991,6 centavos por bushel, marcando una caída del 2%. La plataforma señala que hay más de 245.000 contratos en circulación, con una reducción del interés, reflejando que los inversores siguen mostrando incertidumbre sobre el comportamiento futuro del mercado sojero. Héctor Cristaldo explicó que, para avanzar en la comercialización, los productores siempre miran el precio de mayo, ya que es la referencia para todos los contratos. “Aunque yo voy a cerrar ya en agosto, para la próxima cosecha de marzo, se usa el precio de mayo. Y no se esperan cambios muy grandes, a no ser que ocurra algo imprevisto”, acotó, reiterando que cada productor debe hacer su propio estudio para determinar cuándo le conviene vender.