13 ene. 2025

Preocupante nivel de necesidades básicas insatisfechas en Paraguay

El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó nuevas cifras de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) del Censo 2022. El 28,3% de hogares tienen al menos una de las 4 NBI consideradas en la medición; es decir, más de 1.770.000 de hogares enfrentan problemas en los niveles mínimos de calidad de vida o bienestar. Las NBI pueden ser consideradas un indicador de pobreza estructural, al igual que el índice de pobreza multidimensional, por lo que resulta preocupante que Paraguay, con altos niveles de crecimiento económico, aún tenga una proporción de población tan alta viviendo en precariedades.

El análisis de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) constituye un instrumento fundamental para mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir a la reducción de la pobreza multidimensional, al tiempo que permite el análisis pormenorizado de los componentes que la generan: Acceso a educación, calidad de la vivienda, infraestructura sanitaria y capacidad de subsistencia.

Las características de las dimensiones que incluye el indicador de NBI poseen un gran potencial para el análisis y abordaje de la pobreza desde la óptica de aspectos estructurales. Una vivienda de calidad proporciona protección y la existencia de espacios suficientes permiten una vida armónica entre los integrantes y contribuyen a crear condiciones adecuadas para la salud y la educación.

El acceso a agua potable y el saneamiento básico se vinculan a aspectos sanitarios, siendo condiciones necesarias para una vida larga y saludable; mientras que la inclusión y permanencia en el sistema educativo es condición necesaria para una vida autónoma, tanto en términos económicos como políticos.

La capacidad de subsistencia se relaciona con las condiciones del mercado laboral y la seguridad económica, así como el vínculo entre la educación del jefe de hogar y la cantidad de personas en este. Estos aspectos, en su conjunto, dan cuenta de la calidad de vida y el desarrollo económico y social del país.

La relevancia de la medición de las NBI radica en tres aspectos principales. En primer lugar, los avances de los hogares y poblaciones en estas dimensiones constituyen logros que impactan positivamente en la vida de las familias a corto y largo plazo. Una evolución positiva en las cuatro grandes dimensiones señaladas se considera determinante para reducir la pobreza de manera estructural, romper con la transmisión intergeneracional de la pobreza y disminuir los riesgos de volver a caer en ella. Para quienes nunca estuvieron en situación de pobreza, las mejoras en estos indicadores también reducen la vulnerabilidad y contribuyen a una trayectoria menos volátiles hacia la movilidad social ascendente.

En segundo lugar, los cambios en las NBI son susceptibles de ser abordados a través de las políticas públicas. La evolución de la mayoría de los indicadores son derechos establecidos constitucionalmente y, por lo tanto, el Estado y las políticas públicas tienen un rol central en su satisfacción. Por ello, este indicador constituye un instrumento útil para el diseño, seguimiento y evaluación de políticas públicas.

En tercer lugar, los indicadores de NBI al provenir de datos censales tienen la potencialidad de ser analizados desde los enfoques territoriales más desagregados, además de contemplar las desigualdades entre hombres y mujeres y por ciclo de vida, proporcionando gran información para la toma de decisiones.

Si bien en los últimos 40 años, el porcentaje de hogares con NBI ha disminuido y resulta preocupante que en valores absolutos, la cantidad de hogares con necesidades insatisfechas haya aumentado. Además, a pesar de la evolución positiva del promedio general, persisten numerosos municipios con más del 50% de su población con NBI.

Dadas las necesidades esenciales como la inasistencia escolar de niños y niñas de 6 a 14 años; personas de 15 años o más sin segundo grado aprobado o acceso a agua en red, el Gobierno debe tomar estos datos y plantear respuestas urgentes para reducir drásticamente estos porcentajes en el corto plazo. Es inadmisible que un país que se supone es el “milagro económico” de la región sea incapaz de contar con educación básica o agua potable de manera universal.

Más contenido de esta sección
El Presupuesto 2025 muestra cambios poco relevantes frente a los grandes desafíos que enfrenta el país y, al contrario, es preocupante que sin cambios en el Presupuesto General y de Ingresos lo más relevante sea el incremento de los recursos destinados a pagar los compromisos de la deuda. Es decir, se mantendrá la mala calidad de los servicios públicos, pero haremos más esfuerzo por pagar una deuda que hasta ahora no ha mostrado efectos en el desarrollo y bienestar, ya que la mayor parte de los indicadores sociales y económicos se han estancado en la última década que coincide con el aumento del endeudamiento.
Mientras el presidente de la República sigue haciendo promesas de construcción de hospitales, la salud pública en el Paraguay sigue en situación de crisis. Se hace evidente que no está funcionando el sistema porque a diario se reproducen los reclamos por la atención, por la falta de medicamentos e insuficientes camas de UTI en todo el país, a pesar de que a lo largo de los años fue aumentando el presupuesto asignado a salud y es evidente que no es suficiente. Las políticas públicas deben ser más efectivas y dar respuestas a la gente.