El manuscrito original del relato fue escrito en náhuatl por don Antonio Valeriano, dentro del primer siglo de la evangelización en México. Ahora, será presentado al mundo en el idioma guaraní, bajo el nombre de Por amor al pueblo indígena, el relato de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, con la traducción del sacerdote Alberto Luna, quien se encuentra evangelizando en Chile.
En comunicación con Última Hora, el Pa’i Luna, como sus feligreses lo llaman, comentó que hace un año tenía esta idea en la cabeza, ya que siempre le ha gustado el relato de la aparición de la Virgen al indígena Juan Diego y creyó que en guaraní iba a sonar muy bien.
“Recién en diciembre pasado, al concretarse un viaje a México en el próximo mes de abril, se dio una ocasión concreta de encarar este deseo pendiente. A partir de ahí me puse en campaña para hacer la traducción”, comentó emocionado.
La traducción de todo el texto le llevó un mes. Inició a mediados de enero en Santiago de Chile donde se encuentra desde el 2017 acompañando a jóvenes jesuitas que se preparan para ser sacerdotes, estudiando teología en la Universidad Católica, y la culminó el pasado 17 de febrero estando de visita en el Vaticano.
“El texto fue revisado por Mario Rubén Álvarez, quien, como yo, es miembro de la Academia de la Lengua Guaraní. Espero presentar el texto de la traducción en la Pascua, en el mes de abril, en la Basílica de Guadalupe, en la ciudad de México, y si es posible, en el mes de diciembre en Caacupé”, señaló.
Traducir la fauna y flora
Varias expresiones que describen a la naturaleza fueron adaptadas en el curso de la traducción. Los nombres de los pájaros, de arbustos y árboles, no siempre coinciden con la fauna y la flora de Paraguay, por lo que el traductor, además de recurrir a los textos, ha hecho consultas abiertas a través de las redes sociales para encontrar las especies equivalentes que mejor correspondan a lo descrito en el original.
La presentación oficial se realizará en la Pascua de este año, en la Basílica de Santa María de Guadalupe, en un evento donde serán invitados los paraguayos residentes en ciudad de México, con el apoyo de la Embajada de Paraguay.
Para el sacerdote jesuita, dar a conocer la historia a los católicos paraguayos devotos de la Virgen es su prioridad para utilizar el amor a la Virgen con el amor al pueblo indígena para revalorizar y defender la dignidad de las comunidades indígenas en nuestro país.
“Quisiera que nos demos cuenta que tanto la historia de Guadalupe como la historia de Caacupé tienen raíces comunes, y la principal es el amor de la Virgen María al pueblo indígena que se muestra de manera muy potente en ambos relatos. Quisiera que unamos esa devoción a la Virgen con el amor al pueblo indígena, de modo que nos comprometamos en la defensa de la dignidad de las comunidades indígenas, que se encuentran amenazadas hoy en día en nuestro país”, refirió.
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Para Alberto Luna, ambas historias son “hermanas”, por lo cual, actualmente, se encuentra en diálogos con los responsables de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, y con los de Caacupé, en nuestro país, para que ambos relatos sean declarados oficialmente “historias hermanas”, en las cuales se hace visible la Virgen como una figura amorosa madre protectora.
Luna volverá en el mes de abril al país después de un paso por México y retomará la tarea de ayudar al Superior Provincial de los Jesuitas en Paraguay, además de acompañar a los estudiantes jesuitas paraguayos.
Colaboración
Para Mario Rubén Álvarez la colaboración con este material lo tiene muy emocionado, ya que el texto contiene “magia, maravilla y bendiciones”.
“Me siento emocionado. A un hombre de pueblo, a un indígena, le ocurre algo que en las novelas de realismo mágico es habitual. Y él, a instancias de la Virgen de Guadalupe, hace lo que, de no mediar ese encuentro maravilloso, jamás se hubiera animado a hacer: va y habla con el obispo para darle el recado de la Señora”, comentó el escritor y periodista.
“Me fascinó el relato escrito en un castellano muy antiguo. En fin, vy’ápe amba’apo hese. Intervine poco en realidad para modificar algunas expresiones o sintetizar oraciones... pero trabajé de mil amores para ayudar al esfuerzo de Pa’i Jasy”, señaló Álvarez.