La renuncia del ministro de Defensa, Luis Bareiro Spaini, es aguardada por el presidente Fernando Lugo, como un gesto de su parte para evitar un clima político convulsionado, en momentos en que él está afectado por su enfermedad y necesita tranquilidad.
Parlamentarios allegados al mandatario confidenciaron a este diario que Lugo espera que el secretario de Estado deje el cargo antes que el proceso de juicio político cause más tensión y resucite la crispación que se calmó tras su acuerdo con la oposición para las presidencias del Congreso.
Según supo ÚH, el virulento comunicado de Bareiro Spaini contra la oposición generó malestar en el gabinete, especialmente de algunos ministros.
En ese sentido, cayó mal que el ministro de Defensa haya declarado que todas sus actuaciones se enmarcan en una línea trazada por el presidente Lugo, dejando al jefe de Estado como el “incitador” contra los legisladores.
En el entorno presidencial ven la renuncia como la salida menos traumática, ya que con ello se evitará romper con la tregua política lograda por el Gobierno con la oposición, dejando atrás los fantasmas del juicio político en su contra, logrando la gobernabilidad.
DISPARIDAD. La situación del ministro de Defensa trajo interpretaciones dispares, incluso entre parlamentarios gubernistas. Mientras unos dicen que cometió un error al no acudir al llamado de Diputados, y que desafiando a los legisladores solo puede traer ingobernabilidad, otros ensayan tibias defensas.
La cuestión por lejos divide los criterios desde el mismo entorno del presidente, ya que es la primera vez que un secretario de Estado desafía abiertamente al Congreso. De hecho, su actitud hizo historia, ya que es el primer ministro de un gabinete que tiene un juicio político. Hasta hoy el proceso afectó a presidentes y ministros de la Corte.
ANTECEDENTES. El ministro Bareiro Spaini ya había recibido la censura de la Cámara de Diputados, tras ser interpelado por la carta enviada al Pentágono y al Comando Sur, contra la embajadora.
La decisión de la Cámara Baja constitucionalmente no es vinculante, por lo que el jefe de Estado hizo caso omiso a la recomendación parlamentaria.
El detonante principal para el juicio político fue el plantón que hizo el ministro de Defensa a los diputados, quienes lo convocaron para dar informaciones sobre el robo de tres fusiles M16 del Comando de Ejército. Además de no acudir, Bareiro Spaini remitió un virulento comunicado contra los legisladores, a quienes calificó como serviles de poderes hegemónicos, como los EEUU. Eso le valió el juicio político que definirá el Senado.
NO SE PONEN DE ACUERDO