La investigación del Ministerio Público apunta a que el ataque ocurrido en la tarde de este miércoles en el establecimiento San Marcos pudo ser perpetrado por campesinos que se encuentran en cercanías de donde ocurrió el atentado, aunque tampoco se descarta que podrían haber sido miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
El fiscal Meiji Jesús Udagawa señaló a medios locales que el caso pudo darse como represalia de campesinos que invadieron la propiedad a aproximadamente unos 2.000 metros de donde se produjo el ataque.
“Creemos que sería una amedrentamiento de unos campesinos que están cercanos. Algunos integrantes del grupo fueron detenidos semanas atrás. Rubén Villalba es uno de los que lideran el grupo”, indicó.
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Villalba recuperó su libertad en setiembre de 2018 y fue el último preso condenado y posteriormente absuelto en el caso de la masacre de Curuguaty, en el que estuvo como principal acusado.
En 2019, propietarios de la estancia ya habían denunciado a Villalba, Ignacio Vera, Rogelio, Arnaldo y Aldo Solís Duarte como los supuestos gestores y propulsores de la ocupación de la propiedad de Gerónimo Sanabria Abente y Gladys Estela López
Según la denuncia, el inmueble de casi 1.000 hectáreas, ubicado en la comunidad Tacuapí del distrito de Yasy Kañy, Canindeyú, fue ocupado a sabiendas de la existencia de un título de propiedad.
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Refiere que los dirigentes están engañando a varias personas con el objetivo de sacar provecho propio, y que son poseedores de tierras en la zona. A raíz de ello, los denunciantes exigían la apertura de una investigación.
El caso
Al establecimiento ganadero llegaron ocho hombres fuertemente armados con armas largas y cortas alrededor de las 18:30 de este miércoles.
Los delincuentes interceptaron al administrador del lugar que se disponía a salir. El trabajador fue llevado hasta el casco principal del establecimiento. En el lugar se iniciaron varios disparos y agredieron al hombre, lo torturaron, le rompieron el dedo, le echaron los dientes y le rompieron la cabeza.
Además, quemaron la casa con todo lo que había adentro, motocicletas de trabajadores y también prendieron fuego a un tractor. Mataron gallinas y se retiraron sin decir nada, sin dejar ningún panfleto, ni mensajes.