Por Andrés Colmán Gutiérrez
En Twitter: @andrescolman
Cada vez que un ataque atribuido al grupo armado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) conmociona al país, las acusaciones contra el expresidente de la República y ahora senador electo, Fernando Lugo Méndez, no se hacen esperar.
“Lugo es el padre biológico de esta mierda que se llama EPP”, declaró Ramón Lindstron, hermano de Luis Alberto Lindstron, ganadero recientemente asesinado. “Lugo protege al EPP”, dijo la senadora electa Mirta Gusinky, madre de Cecilia Cubas (secuestrada y asesinada por miembros del grupo armado en 2005). “En el Parlamento se van a sentar ahora los que manejan el EPP” coincidió la fiscala Lilian Ruiz, de San Pedro.
Las acusaciones se realizan hasta ahora en un plano puramente político, a través de los medios de comunicación. Ninguno ha recurrido a la Fiscalía o a la Justicia ni ha presentado evidencias.
RECURRENTE. La versión de que Lugo es cómplice o protector del EPP fue una acusación recurrente de sus adversarios políticos, durante la campaña electoral para la presidencia, en el 2008.
Uno de los hechos más recordados es que en marzo de 2005, en medio de la conmoción tras el hallazgo del cadáver de Cecilia Cubas (hija del expresidente Raúl Cubas), en una entrevista en la que negó conocer a Osmar Martínez, el entonces obispo de San Pedro declaró: “El caso del secuestro de Cecilia me pasó por alto, me pasó totalmente desapercibido”.
Durante el juicio oral por el caso Cecilia Cubas, la Fiscalía dio a conocer la grabación de una conversación telefónica entre el entonces líder del Partido Patria Libre, Osmar Martínez (preso y condenado por el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas), y el obispo Lugo, pero dicha grabación no fue considerada como prueba sólida para incriminarlo en el caso (ver recuadro).
CONOCIMIENTO. A pesar de negarlo en varias entrevistas, durante su ejercicio sacerdotal y luego del obispado, Lugo llegó a conocer personalmente a varios de los actuales máximos dirigentes del EPP, entre ellos al principal ideólogo, Alcides Oviedo Brítez, en su época de seminarista, a finales de los 80 e inicios de los 90.
A quienes mejor conoció fue a los familiares de Manuel Cristaldo Mieres (alias subcomandante Santiago, segundo al mando en el EPP), quien proviene de una familia campesina de Correa Ruguá, San Pedro, con mucha participación en el laicado católico, en San Pedro. Manuel, al igual que su hermano Pablo, estudió en el seminario de la diócesis, y Lugo llegó a gestionar para él una beca ante la Gobernación de San Pedro.
También conoció muy de cerca a la entonces monja Francisca Andino, quien desarrolló una intensa labor pastoral de acompañamiento a comunidades eclesiales de base y organizaciones campesinas en las diócesis de San Pedro y Caaguazú, hasta que entró a formar parte del comité político del Partido Patria Libre y abandonó los hábitos religiosos.
La exmonja está presa en el penal de mujeres, condenada a 22 años de cárcel, más 8 años por seguridad, por el caso Cecilia, compartiendo celda con Carmen Villalba, fundadora del grupo armado. Desde la prisión, Francisca Andino reivindicó que “el Ejército del Pueblo Paraguayo es un grupo de bases campesinas que decidió armarse para luchar y no es un grupo de traficantes o mafiosos”.
OTRO ATAQUE DEL EPP
El expresidente es acusado de ser el “padre biológico” del grupo armado. Las implicaciones son más políticas que jurídicas, hasta ahora. Cuando era obispo, conoció personalmente a miembros actuales.
LA REPERCUSIÓN POLÉMICA DE UNA VISITA A LA CÁRCEL
En febrero de 2006, el entonces obispo Fernando Lugo visitó en la cárcel de Emboscada a seis personas detenidas en Puentesiño, Concepción, por transportar explosivos y víveres a los miembros del grupo armado, que en la época aún no se hacía llamar Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP). Según el registro de visitas, Lugo visitó a Pablo Cristaldo Mieres, Liliana Villalba, Rosa Villalba, Alejandro Ramos, Isidoro Bazán y Sebastián Zárate Cardozo, capturados a bordo de una camioneta que transportaba explosivo plástico, pólvora, cordón detonante, proyectiles, además de alimentos, a los miembros del grupo, ocultos en el Parque Nacional Paso Bravo. Lugo explicó que solo fue junto a Pablo, hermano de Manuel Cristaldo Mieres. “Por él pongo la mano en el fuego. No tiene la culpa de ser hermano de uno de los involucrados en el secuestro de Cecilia”, aseguró.
OSMAR MARTÍNEZ Y UNA BREVE LLAMADA QUE NO SIRVIÓ COMO EVIDENCIA
La voz suena lejana y con estáticas, al atender: "¿Hola?”. Desde el otro lado del auricular, otra voz igualmente cascada pregunta: "¿Monseñor Fernando Lugo?”. Ante la contestación afirmativa, la segunda voz se presenta: “Osmar Martínez, de Patria Libre”. La otra voz pregunta de nuevo: "¿Secretario general de Patria Libre?”.
Lo que sigue es un corto diálogo, en el que la segunda voz le dice a la primera que le está “enviando algo con José" y le pide permiso para dar su número de teléfono “a un amigo”. “Sí, perfecto”, acepta la primera voz.
Esta breve grabación de una conversación telefónica, realizada a fines de 2004 o principios de 2005, cuando la Fiscalía pinchó los teléfonos del Partido Patria Libre como parte de la investigación por el secuestro de Cecilia Cubas, es una de las reiteradas piezas que se utilizan para acusar a Fernando Lugo de presuntos vínculos con el EPP.
La grabación fue revelada durante el juicio oral por el caso Cecilia Cubas, en 2006. En la oportunidad, Fernando Lugo se puso a disposición del juez Pedro Mayor Martínez y del fiscal Rogelio Ortúzar, pero fue desvinculado del caso.
El fiscal Ortúzar admitió que la grabación “no tiene consecuencias jurídicas”, pero confirma que Lugo y Martínez “tenían vinculaciones”, a pesar de que el obispo siempre lo había negado.
FUE DADO DE ALTA
El expresidente Fernando Lugo abandonó ayer al mediodía el sanatorio donde permanecía internado desde el lunes, debido a un “cuadro infeccioso”, según confirmó la médica y ex ministra de Salud, Esperanza Martínez.