09 abr. 2025

Presunto feminicida

Rodrigo Houdin – @rodrigohoudin

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La joven desapareció desde el viernes y sus familiares piden ayuda para ubicarla.

Foto: Gentileza.

La desaparición de Dahiana Espinoza es un caso que pone a prueba toda la capacidad de los investigadores del Ministerio Público y la Policía Nacional.

Dahiana, una joven madre, fue vista por última vez el viernes 18 de setiembre de 2020 en la ciudad de J. Augusto Saldívar, Departamento Central.

A pesar de los innumerables allanamientos, las evidencias colectadas y la detención del presunto responsable de su desaparición, hasta ahora, no existen elementos para afirmar si la mujer sigue con vida.

Lo que sí queda claro a medida que transcurren las investigaciones, es que todo apunta hacia la participación de su ex pareja, Joel Guzmán. Sin embargo, el principal desafío es que se haga justicia.

Hablamos de un presunto feminicida porque no sabemos si la joven está con vida, así como no sabemos si son reales las versiones que pululan desde los pasillos de Tacumbú, donde está recluido el principal sospechoso.

Esta semana cobró fuerza la versión de que el presunto responsable de su desaparición la desmembró, separando sus tejidos blandos de los huesos, para luego deshacerse de una parte por el retrete.

Sin embargo, la verificación de un pozo ciego en la vivienda que compartía la desaparecida con su ex pareja, no arrojó mayores resultados.

En la causa hay dos elementos que están presentes en todas las versiones que van surgiendo: Joel Guzmán y un pozo. Sin embargo, se deben esperar los resultados de las muestras de sangre hallados en el inquilinato y en la ropa de Guzmán, para saber si pertenecen a la desaparecida.

Según los investigadores, el propio sospechoso habría comentado a dos agentes policiales que mató a Dahiana y que la arrojó dentro de una fosa, pero esta versión fue negada ante las autoridades.

Durante su indagatoria, Joel Guzmán Amarilla cayó en varias contradicciones respecto a su versión inicial y la Fiscalía cuenta con imágenes de circuito cerrado, que lo ubican en el sitio y la hora en que habría desaparecido la mujer.

Cuando nos comentan sobre las sospechas y el final atroz que pudo haber tenido la joven madre, surge una sensación absoluta de impotencia, ya que, hasta el momento, el Ministerio Público solo cuenta con elementos para un eventual juicio por violencia intrafamiliar, con una expectativa de pena de cinco años.

La fiscala Daysi Sánchez es una de las cabezas visibles de esta investigación, que de hecho es compleja por donde se la mire. En varias ocasiones me tocó hablar con ella durante el seguimiento del caso y me consta de que es una de las más interesadas por que se haga justicia.

Aunque nunca lo manifestó, creo que a la fiscala de la causa también le preocupa que un eventual feminicida abandone la prisión en el caso de que no se puedan reunir elementos suficientes para procesarlo por feminicidio o tentativa de feminicidio.

Ante cada operativo sin mayores resultados, creo que tanto los investigadores como gran parte de la sociedad nos hemos quedado con la sensación de que todo podría quedar en la nada. Aunque parezca crudo decirlo: si no hay cuerpo, no hay delito.

Sin duda, el Ministerio Público y los investigadores de la Policía están frente a uno de los casos más complejos de los últimos años, debido a que existe una combinación entre rumores, medias verdades y pistas.

La Fiscalía cuenta con innumerables elementos que aún se deben analizar y la espera de los familiares por noticias sobre Dahiana forma parte de un calvario prolongado, que se hace más doloroso ante cada excavación. Aunque todas las pistas nos hagan presumir lo peor, no se debe descartar que la joven aparezca con vida. En ambos casos, espero que pronto haya noticias.

Sin duda alguna, esta causa depende mucho de la capacidad de los investigadores, tal vez mezclada con algo de suerte, para encontrar la verdad o algo de ella. Solo así la familia de Dahiana podrá respirar algo de justicia.