“Soy el villano en una historia mal contada... Se va a saber la verdad”, dijo tras ser detenido el joven, quien intentó desligarse de las centenares de denuncias en las declaraciones que fue dando frente a los diferentes fiscales que tienen causas en su contra.
Él, su padre, Carlos Bareiro Benítez, y más empleados de la concesionaria Steven Automotores están en el ojo de la tormenta. Estos habrían actuado en connivencia con el propio juez de Paz de Chaco’i, Jorge Franco Garelik, y varios de sus funcionarios para secuestrar vehículos, ante el atraso de una sola cuota.
“INOCENTE”. Frente a las fiscalas Gladys González, Andrea Ríos y Daysi Sánchez, Steven Bareiro dijo ser inocente, adjudicando hechos a otros.
Según fuentes, él alegó ser víctima de un abogado que, supuestamente, falsificó sus firmas y que él solo era el financista; que de las demandas se ocupaban los abogados y de los cobros, el departamento de cobranzas.
Además, dijo desconocer al juez Jorge Franco Garelik, con quien se habría formado y fortalecido este esquema criminal, de acuerdo al Ministerio Público.
Denis Steven Bareiro ya tiene varias imputaciones encima, pero le queda centenares de investigaciones abiertas, en donde también podría terminar procesado.
Los fiscales se centran en investigar los inmuebles, vehículos y cuentas bancarias que están a su nombre, esto, en las causas abiertas por estafa, falsificación de documentos, desacato, quebrantamiento del depósito y otros hechos.
DETENIDO. Bareiro fue detenido el lunes en la vía pública en la ciudad de Itá, tras un trabajo de vigilancia por parte de la Policía Nacional, desde donde detallaron que esta “es la detención más importante en cuanto a este esquema”.
Según las investigaciones, desde el 2022, hasta este año, los propietarios de la playa de autos Complejo Steven Automotores vendieron vehículos a varios clientes, “que con la esperanza de adquirir su rodado han caído en engaño”, según una de la imputación.
Ante el mínimo atraso en las cuotas, la playa de autos presentaba demandas y el juez entonces emitía la orden de secuestro de los vehículos, y a los clientes así se les iba despojando sus rodados, sea donde sea que estén.