“Perseguiremos a los que cometieron el crimen de ayer, los conocemos bien y los expondremos”, dijo Al Kazemi al término de una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, convocada hoy tras el intento de asesinato contra el jefe del Ejecutivo, según un comunicado de su oficina.
Sin acusar a ningún grupo ni individuo, Al Kazemi indicó que los perpetradores fueron los mismos que el pasado mes de junio asesinaron a tiros a Nibras Farman, un destacado oficial del Servicio de Inteligencia Nacional iraquí que fue tiroteado por hombres desconocidos en el este de Bagdad.
“Existen personas que están tratando de alterar la seguridad de Irak y quieren que sea un Estado de pandillas”, aseguró el primer ministro, que antes de asumir el cargo en mayo de 2020 fue el jefe de los servicios de Inteligencia del país.
El ataque contra Al Kazemi se produce en un momento de tensión en Irak tras los choques violentos entre manifestantes partidarios de las milicias iraquíes y policías durante una manifestación el pasado viernes en Bagdad contra los resultados de las elecciones legislativas del pasado 10 de octubre.
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Los enfrentamientos dejaron dos personas muertas y más de un centenar heridas, muchas de ellas policías, lo que provocó una airada condena de los líderes de las milicias proiraníes de Irak, que en los pasados comicios perdieron casi dos tercios de sus escaños y rechazan los resultados.
En este sentido, recordó que “los resultados de las elecciones, las quejas y las apelaciones no están dentro de la competencia del Gobierno”, cuya labor se limitó en “proporcionar financiación y seguridad para la celebración de los comicios”.
Sobre la muerte de los manifestantes en los choques del viernes, aseguró que él mismo ordenó abrir “una investigación inmediata de los hechos” y que su Gobierno no dudará en poner a “cualquier intruso entre rejas para llevarlo ante la Justicia”.
Países y organizaciones regionales, así como Estados Unidos o la ONU, han condenado enérgicamente el intento de asesinato contra Al Kazemi, que ha recibido amenazas por parte de algunas milicias en las últimas semanas, en un momento en el que se está evidenciando una gran fractura entre los principales partidos de Irak.