Por Patricia Cañete
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El trasplante de corazón en Liz Ávalos, de 7 años, marcó el inicio de una nueva vida para ella y un avance importante en la red sanitaria pública, al ser la primera cirugía cardiaca en un centro asistencial del Ministerio de Salud Pública (MSP) en el Hospital Acosta Ñu, donde un equipo de 24 profesionales trabajaron durante 5 horas para que el nuevo órgano cobre vida en la niña a la que se le detectó una miocardiopatía dilatada en fase terminal.
Entre la noche del miércoles 19 y la madrugada del 20 de setiembre, la noticia de una posible donante para Liz movilizó a todo el equipo de trabajo que se mantenía en guardia desde hacía dos meses para realizar el trasplante de manera urgente.
Dos horas y cuarenta minutos duró el tiempo entre la ablación y el implante del órgano, en 4 horas de cirugía, cumpliéndose hoy 72 horas de la intervención.
Dos años atrás no existía un hospital público que esté en condiciones de realizar una cirugía cardiaca y menos aún un trasplante de corazón, recuerda Hugo Recalde, uno de los cardiocirujanos de Liz. “Dos años atrás empezamos de cero con muy buena compatibilidad y llevamos hechas 200 cirugías y un trasplante de corazón”, afirma Recalde.
El Departamento de Cardiología cuenta con seis unidades, donde se tiene la posibilidad de recibir a esa cantidad de pacientes que requieren internación y cirugía, agrega la cardióloga Nancy Garay. Además, trabajan con personal de enfermería especializado en pacientes con cardiopatías, terapistas y médicos de guardia propios y un quirófano disponible las 24 horas del día para operar.
También está en funcionamiento una unidad de diagnóstico con ecocardiografía, el único tridimensional del país con los especialistas que lo operan.
CERTIFICACIÓN. “Este hospital de nivel público está en condiciones de realizar procedimientos de mucha complejidad en niños, como cirugías cardiacas y trasplante sin costo alguno, eso es importante, el niño que llega acá con la condición social y económica que sea no encuentra impedimento para lograr mejorar su salud”, manifiesta Garay.
“Antes era imposible acceder a este tipo de servicios por el alto costo que demandan”, resalta la cardióloga.
Ahora, Liz deberá recibir medicación de por vida y los inmunosupresores serán proveídos por el Instituto Nacional de Ablación y Trasplantet (INAT).
El doctor Diego Gamarra, coordinador de Terapia, afirma que a través de los intercambios con universidades de los Estados Unidos, en cinco años más se tendrá la certificación internacional del Departamento en Intervenciones Complejas del Corazón.
APOYO. El Acosta Ñu recibe ayuda de dos fundaciones, además de insumos adquiridos por el MSP y los proveídos con recursos del centro asistencial.
LA ANESTESIA
Mientras duró la ablación, en el Acosta Ñu, el anestesiólogo Felipe González Ávila ya realizó el proceso de anestesia en Liz. “Preparamos el monitoreo y el control de la respiración en una paciente con una condición física muy limitada, con solo el 19% del corazón funcionando, siendo que el promedio normal es de 60% para arriba”, recalca.