La compatriota relató que a los 21 años fue a estudiar a la escuela náutica de Uruguay donde realizó un curso de Patrón de Cabotaje y se recibió de oficial fluvial. Contó que durante el tiempo en que realizó sus estudios, estuvo lejos de su familia y se perdió de acontecimientos muy importantes.
“Estudié en una escuela donde había 400 hombres y muy pocas mujeres”, señaló.
Posteriormente, regresó a Paraguay para solicitar la homologación de su título, que no logró obtener. Santos manifestó que en ese momento comenzó su “historia de discriminación” por ser mujer ya que la Prefectura Naval se oponía a otorgarle los documentos, contó en comunicación con Monumental 1080 AM.
Finalmente, consiguió que le sea entregada la libreta de navegación como marinero, lo que le posibilita trabajar. Su sueño es llegar a ser capitán, pero para ello aún deben pasar muchos años, según indicó.
“Soy la primera mujer en cubierta a la que le otorgaron la libreta de navegación”, destacó la paraguaya.
Sin embargo, su anterior expediente, correspondiente al pedido de homologación del título obtenido en Uruguay, sigue sin ser resuelto. Santos lamentó que por ser mujer deba pasar por esta situación. “Dijeron que no nos iban a aceptar a las mujeres porque no servíamos para nada”, recordó.
Pero la profesional no desiste de su sueño, que nació de una admiración a su padre, quien se desempeña como maquinista de la Marina Mercante.
“Amo esta profesión. Trabajo en una empresa naviera y mi proyecto es embarcar en la misma empresa. Vengo de una familia navegante y siempre quise ser como mi padre”, expresó Graciela Santos.
El título obtenido en Uruguay le habilita a navegar hasta 50 millas náuticas de la costa en el mar. No obstante, la compatriota desea empezar de abajo en Paraguay para que cuando llegue a ser capitán pueda dar instrucciones “con autoridad” a un marinero.